La consumación de la Independencia, en el seno de Tlaquepaque

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Guadalajara, Jalisco.-Desde hace 200 años, se ha creído de forma errónea que en la casa 208 de la calle Independencia, el 13 de junio de 1821 se firmó la consumación de la Independencia de México, pero no fue ahí, sino en la vivienda de la misma calle, marcada con el número 176, según relató a Partidero el cronista del municipio, Bernardo Carlos Casas, con base en documentos.

En dicha vivienda ─actualmente en remodelación que comprende toda una manzana─, se colocaron tres placas conmemorativas al exterior: dos formadas por azulejos y una de cemento. La única con palabras legibles fue develada por la alcaldesa interina Betsabé Almaguer Esparza, el secretario general de gobierno, Enrique Ibarra y el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, en el aniversario del bicentenario.

En ella se lee: “En esta casa el 13 de junio de 1821 se firmó la adhesión al Plan de Iguala proclamada por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero firmada por el General Pedro Celestino Negrete”.

El cronista relató que los encargados de la cultura de San Pedro Tlaquepaque, en el primer centenario del hecho histórico, sin investigar, colocaron una placa en 1921 en la calle Independencia casi esquina con Contreras Medellín, al pensar que existía un parentesco entre uno de los propietarios de la finca, Francisco Martínez Negrete y Ortiz de Rosas, y Pedro Celestino Negrete.

Sin embargo, el cronista encontró que no tienen relación consanguínea, y precisó que el empresario textil y fundador de la Fábrica La Experiencia y el Batán, Martínez Negrete y Ortiz de Rosas fue dueño de la finca ─actualmente se le conoce como Casa Histórica─, 13 años después que se signó el documento, es decir hasta 1834.

Detalló que los padres de Pedro Celestino fueron José Negrete Luna y Margarita Falla Bollaín, nació el 14 de mayo de 1777, en San Esteban de Carranza, Vizcaya, España, y murió en Burdeos, Francia el 11 de abril de 1846. Se casó con María Josefa Olavarrieta Valdés, cuando ya formaba parte del gobierno de Agustín de Iturbide nació su hijo, José Braulio Manuel de la Encarnación Negrete Olavarrieta.

Pedro Celestino quien pertenecía al grupo de los realistas y “andaba matando insurgentes”, llegó el 12 de junio de 1821 a San Pedro Tlaquepaque, proveniente de Lagos de Moreno, y cambió de bando al proclamar la independencia de la Nueva Galicia, de acuerdo al Plan de Iguala.

El cronista también encontró que en San Pedro existen dos Franciscos, uno de apellido Martínez Negrete y Ortiz de Rosas, originario de España; y el otro Martínez Negrete de Alba nació en 1848, en Guadalajara, Jalisco. El primero es padre del segundo.

En 1868, Martínez Negrete de Alba se casó a los 19 años, con Refugio Cortina Santana, de 17 años. Seis años después, cuando falleció su padre, heredó una fortuna de más de 44 mil pesos, así como la finca 208 de la calle Independencia, según el listado de propiedades de San Pedro Tlaquepaque con fecha de 1900.

Con su esposa tuvo siete hijos, tres fallecieron en la infancia, y sobrevivieron: Francisco, Juan Nepomuceno, María del Refugio y Alfonso. Su cónyuge murió en 1889, y Martínez Negrete de Alba contrajo nupcias con Rosario Morfin, pero no tuvo descendencia.

“Son diferentes familias. Los Martínez Negrete unos, y la familia de Pedro Celestino, otra”.

Además, dijo que en los documentos históricos solo se menciona que el lugar de la firma fue “en la villa de San Pedro”, sin especificar el número de la casa. En ese tiempo, la calle Independencia no recibía ese nombre, era la rúa Real, puesto que la Nueva Galicia aún dependía de España.

También recordó que el abogado y catedrático de Historia y Cronología en el liceo de Varones del estado, Luis Pérez Verdía, en su obra “Historia particular de Jalisco”, tomo II, página 164, escribió que la firma de la proclama se realizó en la casa de Teodoro Kundhart, y la finca con el 208 no perteneció a este último, sino la número 176 de la actual calle de Independencia.

Incluso, en un libro del Colegio de Jalisco que escribió el doctor en Historia por la Universidad Autónoma de México, Jaime Olveda informó que Teodoro Kundhart tenía en San Pedro Tlaquepaque dos fincas a su nombre, una por la calle Independencia 176, que es toda una manzana, valuada en 3 mil pesos, y la otra en 600 pesos, pero se desconoce su ubicación. En su búsqueda, Bernardo Carlos corroboró que la casa de Independencia 176 sí fue propiedad de Kundhart.

Otra prueba valiosa fue aportada por la cronista honoraria del barrio centro de la villa alfarera, Carmen Ochoa, de más de 90 años de edad, escuchó que los actuales propietarios de la finca Independencia 176, de apellido Sahagún, adquirieron la propiedad a condición de que los anteriores dueños nunca revelaran que ahí se firmó la proclama de la Independencia de la Nueva Galicia, hoy Jalisco, de España.

La finca fue adquirida por Gerónimo Sahagún, quien la heredó a su hija, Mercedes esposa de Navarro, por lo que la finca ahora pertenece a la familia Navarro Sahagún. Bernardo Casas mencionó que su inquietud por conocer si se firmó la adhesión al Plan de Iguala, en la finca de la calle Independencia 208, surgió cuando le platicaron que en la hemeroteca del diario El Informador, había una nota con fecha de 1938 en que personas señalaron que ahí no se signó. Buscó la publicación, pero sin éxito.

Bernardo Carlos Casas recalcó que buscó que el gobierno de San Pedro desmitifique que el evento histórico no fue en la casa de Independencia 208, sino en el 176 de la misma calle. “Pero nadie se atrevió a apoyarme” y solo pudo difundir su descubrimiento a través de su publicación “la hojita de la Crónica”, lamentó.

Hidalgo en Tlaquepaque

Por otro lado, Bernardo Carlos recalcó que la tarde del 25 de noviembre de 1810, arribó a las calles de San Pedro Tlaquepaque el cura Miguel Hidalgo y Costilla, proveniente de Zamora, Michoacán.

Las calles estaban repletas de personas que aclamaban al iniciador de la Independencia. Según una placa colocada al interior de Independencia 208, Miguel Hidalgo decidió pasar la noche en Tlaquepaque antes de entrar triunfante a Guadalajara. Pero el cronista municipal, no ha encontrado algún documento que afirme que se ahí se alojó. En ese tiempo, la casona del siglo XVII, pertenecía a la familia Caballero.

En los documentos oficiales solo se menciona que Hidalgo pasó la noche en la casa más bonita de San Pedro Tlaquepaque, pero se desconoce cuál sería, únicamente se tiene el dato de lo que sería el equivalente al INEGI, que en 1900 por la zona había más de 500 jacales, y 22 casas de dos pisos, el resto de una planta. “El panorama era seguramente de un pueblo de calles enterregadas, mal alineadas y de muchas chozas (…) no hay comprobación de que Hidalgo haya estado ahí”, reiteró.

Bernardo Carlos mencionó que Hidalgo acudió a la ahora capital de Jalisco, luego de que José Antonio Torres “El amo Torres”, ganó en Zacoalco, la plaza de Guadalajara para los insurgentes el 4 de noviembre de 1810. Torres acordó acuerdo con los líderes de La Barca, Ahualulco, Los Altos avisar a Hidalgo que requerían de su presencia tras el triunfo.

El 26 de noviembre de 1810, Hidalgo llegó a Guadalajara, el 6 de diciembre decretó la abolición de la esclavitud, y en ese mismo mes solicitó al sacerdote, Francisco Severo Maldonado imprimir el primer periódico Insurgente “El Despertador Americano”, cuya publicación -fueron siete números- nació el día 20.

También, el cronista mencionó que el 17 de enero de 1811, Hidalgo a pesar de contar con más de 100 mil hombres, en el Puente de Calderón perdió la batalla en contra del militar Félix María Calleja quien tenía 6 mil soldados.

Un destacado realista que murió en esa gresca fue el conde de la Cadena, Manuel de Flon, que contaba con gran preparación militar, recibió un flechazo del indio Juan Terriquez. Su fallecimiento se ocultó, pero en el libro de actas de nacimiento de la parroquia de Zapotlanejo quedó asentado el hecho. Sin embargo, la hoja fue robada. Bernardo Carlos reportó el hecho y se levantó un acta.

Hidalgo, tras su derrota pasó de nuevo por Tlaquepaque para huir rumbo al norte del país. En tanto, que el general, José de la Cruz reforzó su mano de hierro contra los seguidores de Hidalgo, y los sospechosos de ser insurgentes.

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