El Rincón de Clío
Criterios
La violencia contra las mujeres manifiesta las relaciones desiguales de poder en el contexto social, económico y político de la sociedad.
Esta violencia se materializa en una multiplicidad de acciones cuya finalidad es someter a las mujeres a un esquema de control absoluto sobre sus vidas. La violencia ejercida sobre ellas no conoce límites en los espacios de la sociedad, por el contrario, la inseguridad que experimentan ellas irrumpe en cualquier lugar y en cualquier momento de sus vidas: ora en el hogar como la primera “trinchera”, ora en las calles y banquetas, ora en los centros de trabajo, ora en las relaciones “amorosas”, ora a consecuencia de la violencia sistemática originada por diversas bandas criminales y las estrategias gubernamentales para terminar con ellas.
Sea como sea, las mujeres terminan siendo violentadas. Sea como sea, ante los ojos de una parte de la sociedad ellas cargan con la culpabilidad de la violencia sufrida. Sea como sea, sufren la doble victimización; sea como sea, son ellas el origen y destino de la violencia, según lo afirman con sus prácticas y discursos el gobierno y la sociedad.
La cara más aguda de la violencia sufrida por las mujeres son los feminicidios. Siempre el feminicidio, ya sea sexual sistémico, familiar íntimo, por ocupación estigmatizada, por venganza, o por orientación sexual, el feminicidio pende como espada de Damocles sobre las mujeres. Frente a esa pesada realidad pereciera que casi nadie quiere o puede hacer algo. Las cifras de la ignominia siguen creciendo y no se mira la luz al final del túnel, al contrario, la oscuridad envuelve su andar.
De 2018 a la fecha cada año aumentan los feminicidios en nuestro país. En 2015 se cometieron 2 mil 144 asesinatos de mujeres; en 2016, 2 mil 789; en 2017, 2017, 3 mil 272 asesinatos; y el año pasado fueron 3 mil 580 feminicidios. El incremento se presentó en prácticamente todo el país, esto según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) (SinEmbargo, 4 de febrero de 2019).
A pesar de esta violencia y que desde que se tipificó el delito de feminicidio, todos los homicidios dolosos femeninos deben investigarse con perspectiva de género para descartar que se trata de un feminicidio, en la práctica no ocurre así. Además, no debemos olvidar las otras caras de la violencia contra las mujeres: secuestro, desapariciones, trata de personas, violación, acoso y hostigamiento sexual, violencia psicológica familiar. Un amplio abanico de ofensas que crece al amparo de la indiferencia de una parte importante de la sociedad.
Basta de historias que se repiten llenas de gritos silenciosos que claman justicia y arremeten contra la impunidad y el contexto social que la genera y protege. Detengamos los momentos de terror que viven cientos de miles de mujeres en su andar cotidiano. Dejemos de aceptar el temor ordinario experimentado por las mujeres como algo normal en nuestra comunidad.
Frente a ello, es urgente que los tres niveles de gobierno, en coordinación con el resto de la sociedad pongan en marcha una estrategia que le garantice la seguridad a las mujeres de este país. De lo contrario, estoy cierto que, 2019 será más violento para las mujeres de lo que fue 2018.
@contodoytriques