Felipe Cobián Rosales
30 de marzo de 2022.- Con fehacientes pruebas que fueron corroboradas y exhibidas por los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su pleno del lunes pasado, quedó más que en entredicho, no únicamente el titular de la de la Fiscalía General de la República, sino el mismo gobierno de “Cuarta Transformación”, toda vez que el Presidente le ha ratificado su “plena confianza porque lo considera honorable” una vez más.
Por unanimidad, el pleno aprobó un amparo liso y llano para Alejandra Cuevas Morán para que quedara en libertad de inmediato luego de que, por maniobras del fiscal Alejandro Gertz Manero, la Fiscalía de la Ciudad de México -a cargo de Ernestina Godoy, lo que repercute directamente en la jefa de Gobierno y precandidata Claudia Sheinbaum-, la aprehendió y la envió a prisión en donde permaneció durante cerca de 530 días acusada de un delito que no existió.
Junto con Alejandra Cuevas, Gertz arremetió al mismo tiempo con una orden de captura, en contra de la madre de esta mujer, la octagenaria Laura Morán, concubina que fue por 52 años de su hermano Federico Gertz, hasta su muerte a consecuencia de una caída.
Y aunque la resolución fue muy acertada debido a la comprobada inocencia de madre e hija a quienes el fiscal quería despojar de todo beneficio económico heredado por su hermano, la SCJN se quedó corta, al menos hasta ahora, al no pronunciarse por una sanción en contra del fiscal Gertz Manero y no quedó claro si habrá alguna reparación del daño a las víctimas por la persecución que sufrieron y, particularmente por la exreclusa de Santa Martha Acatitla, Alejandra Cuevas Morán, pese a la propuesta del ministro José Luis González Alcántara.
Si bien, este solo hecho ameritaría la renuncia y aún la destitución del titular de la FGR por las más que obvias evidencias de perseguir delitos inexistentes para favorecerse así mismo aprovechando su cargo, lo que delata más que evidente corrupción y otras acciones sospechosas y claro abuso de poder y violación de los derechos humanos. No hay visos de que se le ponga un hasta aquí, por esa “confianza” manifiesta de Andrés Manuel López Obrador.
Involucrado en sus intereses muy particulares, Gertz Manero no ha avanzado en casos como el de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, involucrado en los sobornos de Odebrech y está el enredo de la denuncia por supuesta extorsión del despacho de abogados liderados por el exconsejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, presentado por el litigante preso Juan Collado para ganarse su liberación.
Y, ante todo, está el escándalo desatado por el propio Scherer Ibarra en la revista Proceso en donde dio cuenta de una serie de hechos que dejan muy mal parado al fiscal Gertz Manero, su antiguo protegido y, de paso, deja Julio -el “casi hermano” del Presidente- una mala imagen del gabinete de la 4T por las divisiones y pleitos internos del gabinete. Indudablemente esta develación tuvo mucho que ver en la resolución de la Corte, toda vez que, hasta donde le fue posible al presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, trató de salvar siempre el pellejo del Fiscal quien, hoy por hoy es la manzana podrida del gobierno que podría echar a perder a toda la canasta autollamada transformadora.
Si AMLO no pone un hasta aquí a Gertz Manero en lo inmediato, la situación se le complicará y su credibilidad se vendrá abajo. Es hora de actuar y que, de una vez por todas se decida la suerte del fiscal general del país para que este gobierno no tenga a su Genaro García Luna.
Y tanto más la situación se complica con tamaña inseguridad y masacres por aquí y por allá que tanto critica -y no sin razón- a su antecesor Felipe Calderón.
La más recientes, ocurrida el domingo pasado, la del conjunto musical de Celaya, Guanajuato y, sobremanera, la ocurrida en Zinapécuaro, Michoacán con saldo total de cerca de 30 muertos, sin contar las víctimas del fusilamiento semanas atrás en San José de Gracia.
¿A dónde iremos a parar?