Guadalajara, Jalisco.-Personal de los Juzgados Municipales que se ubican en la calle Pablo Valdez 3385 -zona 6-, en la colonia Hermosa Provincia, temen por su seguridad ante el retiro de las jaulas que retienen a infractores que comenten una falta administrativa.
Previo al retiro de las jaulas, el protocolo era retener al infractor dentro de las jaulas antes de ser canalizado al médico de guardia para que levante el parte de lesiones. Después, pasaba con un custodio quien guardaba sus pertencencias y tomaba sus datos, los cuales se enviaban con los analistas.
Éstos a su vez verificaban si el retenido no contaba con ordenes de aprehensión pendientes, de ser así se iba a la cárcel; y si no, el juez determinaba el costo de la multa. En caso de que no tuviera dinero para pagar la sanción tenía que realizar servicio comunitario.
Ahora, los detenidos son remitidos de forma directa a las celdas. No se les quitan sus pertenencías, como el celular, por lo que suben las fotografías a redes sociales. Los detenidos tampoco son supervisados, por lo que unos se ponen agresivos, otros aprovechan para grafitear las paredes de las celdas o untar sus heces fecales.
En diciembre de 2011, el municipio tapatío recibió la certificación internacional por parte de la Comisión para la Acreditación de las Agencias de Seguridad Pública (CALEA por sus siglas en inglés) del Programa de Acreditación Avanzada.
La certificación de CALEA, se entregó a entonces la Secretaría -hoy Comisaría- de Seguridad Ciudadana como un reconocimiento a que sus procesos de operatividad están escritos bajo ordenamientos internacionales y apegados a la legislación federal, estatal y municipal.
De acuerdo con los denunciantes, también van a retirar las jaulas que se ubican la Calzada Independencia y Hospital.
Por su parte, vecinos de Jardines de la Cruz se quejan de que elementos de la base de comisaría que se ubica en avenida de la Cruz, a un costado de la Cruz Verde, no les prestan servicio, argumentando que ese lugar no opera.
Incluso aseveran que las luces de las instalaciones se mantienen apagadas y si tocan a la puerta del lugar, no les abren, y si lo hacen, el policía de guardia les informa que “están remodelando y no hay servicio”.
Lo peor , afirman los vecinos es que los policías, cuando salen de laborar, se van afuera de un local que está casi enfrente de su sede a ingerir bebidas embriagantes, y orinan en la calle.