Guadalupe Ramos Ponce
04 de mayo de 2022.- En los próximos días se estarán llevando a cabo diversos procesos electorales en el Sindicato de trabajadores académicos de la Universidad de Guadalajara para renovar las Delegaciones Sindicales en cada Centro Universitario.
Los procesos poco transparentes y antidemocráticos, además se tiñen de violencia política contra las mujeres.
Recientemente acudió con una servidora una profesora para compartir conmigo los obstáculos que está padeciendo para lograr inscribir su planilla para contender como Delegada Sindical.
Según me cuenta, ella sería la primera mujer que encabezaría la Delegación sindical de su división de estudios jurídicos.
Ella comenzó a preparar su planilla desde diciembre pasado, buscando al profesorado que le interesara conformar la misma. Mantuvo reuniones y diálogos con las y los profesores que aceptaron formar parte de esta planilla histórica que llevaría a la cabeza a la primera delegada sindical en esa División. Durante los meses siguientes, formó su expediente con los requisitos formales y documentación necesaria para inscribir la planilla este próximo viernes 6 de mayo.
Sin embargo, la semana pasada fue llamada por el Secretario administrativo del Centro universitario al cual se encuentra adscrita, quien le dijo que él era el encargado de “dar el visto bueno” y propiciar las candidaturas y planillas de “Unidad”. Le indicó que ella no sería quien encabezaría la planilla, que en su lugar iría un profesor y ella iría en la cuarta posición y que no se preocupara que ellos se encargarían de “prepararla” para que en las próximas elecciones ella encabezara la planilla. Ante la negativa de la profesora; el citado Secretario Administrativo, se dedicó a llamar y coaccionar a las y los integrantes de la planilla para que dejaran la encabezada por la profesora y pasaran a formar parte de la nueva planilla “De Unidad”, encabezada por un profesor quien ya ha sido delegado por lo menos en un par de ocasiones anteriores. A todas luces, estas acciones no solo constituyen un atentado a la Democracia Sindical, sino que además vulneran los derechos políticos de una candidata.
A la vieja usanza de las peores prácticas políticas, a estos funcionarios de la administración pública universitaria, se les olvida que estamos en otro siglo y en otra época. Ni siquiera conocen como universitarios, la gran reforma laboral publicada el 1° de mayo de 2019 que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo. Es una reforma amplia, histórica y profunda que garantiza Libertad y Democracia sindical. En donde se garantiza el derecho de libre afiliación, la autonomía de los sindicatos y la prohibición de todo acto de injerencia en su vida interna. Se establecen procedimientos democráticos para garantizar la representatividad sindical y se establece el principio básico de la Inclusión con perspectiva de género entre otras cuestiones.
Con la Reforma, los sindicatos tienen un nuevo enfoque en la participación, representación, diálogo y negociación entre sus miembros; se renovaron los valores y prácticas en las relaciones de las y los agremiados con sus dirigentes. El Nuevo Modelo Laboral y Sindical deja atrás las malas prácticas que afectaban el libre desarrollo de los derechos laborales de las y los trabajadores. La perspectiva de género y los derechos humanos, son el sustento de la Reforma Laboral, que reconoce principios laborales internacionales, como el derecho de pertenecer o no a un sindicato, otorga el derecho a las y los trabajadores de organizarse en diferentes tipos de sindicatos. Prohíbe cualquier interferencia patronal que atente contra el derecho de los trabajadores a decidir quién debe representarlos en la negociación colectiva y Fortalece mecanismos de democracia, transparencia y rendición de cuentas de los sindicatos.
Un gran avance en materia de democracia sindical es el reconocimiento del derecho de las y los trabajadores a elegir a sus dirigentes a través del voto personal, libre, directo y secreto. (Artículo 371, fracción IX de la Ley Federal del Trabajo.)
La violencia política, el hostigamiento laboral y la vulneración de los derechos de la profesora, son la constante en la práctica política del Sindicalismo Universitario, una contradicción que se antoja “hasta biológica” (parafraseando a Salvador Allende). Mientras que el mundo avanza hacia la Democracia Paritaria, en la Universidad de Guadalajara se anclaron en el patriarcado más recalcitrante que avasalla derechos de las mujeres en aras de las antidemocráticas “candidaturas de Unidad”.
Dra. Lupita Ramos Ponce
Vicecoordinadora de CLADEM en México
Profesora Investigadora de la UdeG.
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