Raúl de la Cruz
16 de noviembre de 2022.- Lejos de actuar como un puente entre diferentes culturas, la primera Copa del Mundo de futbol organizada por un país árabe musulmán ha terminado sumida en la recriminación y el malestar.
En lugar de pulir la imagen de Qatar en Occidente en estos tiempos globalizados pero polarizados, parece haberla manchado.
En un discurso pronunciado ante el Consejo de la Shura, el órgano legislativo del Estado, el 25 de octubre, el gobernante de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, expresó cierto grado de resentimiento por lo que consideraba una década de incesantes ataques: “Desde que obtuvimos el honor de organizar la Copa del Mundo, Qatar ha sido objeto de una campaña sin precedentes a la que ningún país anfitrión se ha enfrentado jamás”, señaló.
Qatar ha sido objeto de fuertes críticas en varios aspectos, pero en particular por su trato a los trabajadores inmigrantes, las leyes contra el colectivo LGBTQ+ y las restricciones a la libertad de expresión. El jeque Tamim insistió en que la Copa del Mundo seguiría siendo una gran publicidad para Qatar, pero a medida que transcurre la cuenta regresiva para el partido inaugural, que se celebrará el 20 de noviembre, van aumentando los desafíos respecto a la narrativa de Qatar como Estado del Golfo vanguardista y hábil.
El equipo danés usará camisetas que incluyen el logotipo “desteñido” del fabricante, debido a que el fabricante Hummel “no quiere ser visible en torneos que cuestan vidas”. El equipo de Australia produjo un video en el que expresó su preocupación por el “sufrimiento” de los trabajadores inmigrantes y por la incapacidad de las personas LGBTQ+ qataríes de “amar a la persona que elijan”.
Ocho de los 32 equipos tienen previsto lucir algún tipo de brazalete con la bandera del arco iris en apoyo a los derechos del colectivo LGBTQ+.
Londres declaró que no organizaría zonas de aficionados ni proyecciones públicas de los partidos. París –sede del París Saint-Germain y varias otras ciudades francesas adoptaron la misma medida. La cadena de televisión BBC citó al alcalde de Lille, que calificó el torneo de este año como “tonterías en términos de derechos humanos, medio ambiente y deporte “.
Un documental de Netflix, “Los entresijos de la FIFA”, difícilmente contribuyó a dar sensación de legitimidad al acontecimiento, al repasar las acusaciones de que Qatar sobornó al comité de selección de la Copa del Mundo cuando prácticamente ya estaba en manos de los Estados Unidos. La mayor disputa diplomática es la que involucró a la ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, quien antes de una visita programada desde hace tiempo dijo: “Hay criterios que deben cumplirse y sería mejor que no se concedieran torneos a este tipo de Estados (como Qatar)”.
Actualmente todos tienen una opinión sobre Qatar, y no solo en Occidente. En algunas partes de Medio Oriente, ha crecido un ambiente de unidad árabe enojada y patriótica. Un hashtag popular dice en árabe: “Soy árabe y apoyo a Qatar”.
(Foto principal: Medio Tiempo)