Juan José Doñán
Jueves 23 de marzo de 2023.- Alguien le acaba de preguntar a su servilleta qué piensa de la propuesta de Guadalajara para que oficialmente se llame en lo sucesivo “Guadalajara de Alcalde”.
El interrogado respondió un par de parrafitos que a continuación se reproducen:
“¡Ya, chole! ¡Qué ganas de perder el tiempo y de querer quitárselo también a los demás! ¡Muy deplorable, esa punzada aldeana que busca rebautizar lugares, sobreponiéndoles nombres ociosos, cuando no rocambolescos y hasta cursis. A ese paso pronto se estaría hablando no sólo de “Salzburgo de Mozart”, “Parga de Kafka”, “Lisboa de Pessoa” (con todo y la rima gratuita), sin de “Huentitán de Vicente Fernández”, “Parácuaro de Juan Gabriel”, “Sayula del Ánima Mayatona”, “la UdeG del Cacique Bueno”…
“Esos ostentosos “fans” (léase sospechosos, dudosos…) del padre Alcalde debieran pugnar para que se haga una buena biografía del mitificado personaje (por desgracia, más admirado que conocido), pues a más de 230 años de su muerte, sólo hay monografías de medio pelo para abajo. Y, por vía de mientras, que se ponga a descular hormigas toda esa runfla de alcaldófilos súbitos. Qué cierto es aquello de que nadie elige a sus admiradores”.