Filosofando: Xóchitl, la banalidad ramplona

Sábado 08 de julio de 2023.- Ella, Xóchitl Gálvez, la probable candidata de la derecha mexicana para enfrentar al que encabece la defensa y continuidad de la 4T, es una política banal. Esto de la banalidad se ha de entender al estilo del habla nuestros rancheros cuando dicen de alguien que nomás se anda por las ramas. También con la idea expuesta en dar atole con el dedo, dar gato por liebre y otras más.

Estas prácticas suelen asociarse a personajes atrapados en el mundo de las mentiras, la estafa y el engaño. Algunos analistas le establecen conexión con la inocuidad. Pero tal vez no estén totalmente atinados estos juicios, sobre todo si los llevamos al espinoso campo de la política, en donde hay que cocer las habas con mucho cuidado. Cierto que hay diversos tipos de mentiras. A algunas las tildamos de piadosas, a otras de medias verdades. Pero caiga en la tipificación que se quiera, la banalidad en la política tiene que ver con la mentira y eso la define de cuerpo entero.

Pues bien, a la señora Xóchitl la mece una ola rosa de los hombres ricos del país, dispuestos a recuperar las estructuras oficiales que perdieron hace cinco años. Se comporta de manera superficial. Expone sutilezas bobas como si se tratara de axiomas políticos de fondo. Anda desatada, como mariposilla, posando de flor en flor, quedando bien con tirios y troyanos. Pura impostura.

Lo más grotesco del cuadro no viene a ser el hecho de que ella misma, en su comportamiento personal, se norme por estos atavismos. Sino el hecho duro de que la plana mayor de lo que busca armarse como frente opositor al movimiento moreno también se haya soltado el pelo y haya desatado el infantilismo y la veleidad en sus proclamas y aseveraciones.

Falta todo un año para que se celebre la gran encuesta vinculante a nuestra ciudadanía. De este operativo saldrá el relevo no sólo de la figura presidencial federal, sino la composición íntegra del poder legislativo federal, junto con muchas gobernaturas y más alcaldías a todo lo extenso de la geografía nacional. Para empezar, reducir la plana tan sólo a lo que corresponda a los contendientes por el poder ejecutivo viene siendo una atrocidad política. Con el enjuague de trato banal que le imprime el bloque oligarca, ya se entiende a qué callejones sin sentido se quiere jalar al grueso de la población.

Esperemos que nuestra población termine dando oídos sordos a estas campañas sosas y sin contenidos de fondo. Antes, los oligarcas, traían al retortero a doña Lily Téllez. Pero como que no les salieron bien las cuentas con ella y metieron reversa. Bueno, habían sacado a asolear como a quince prospectos, pero uno a uno les ha venido dando las gracias y bajándose del estrado. De los que siguen en el pebetero, a la que más tajada sienten estos señores del pandero, es a la doña de que hablamos: Xóchitl. Están en el ajo todavía Santiago Creel, Beatriz Paredes y algunos ingenuos más. Ya veremos cómo termina su puja.

Nos referimos entonces a doña Xóchitl no porque sea o no la mejor carta por barajar de ese equipo viejo, que manipuló al país por décadas, sino porque en la semana que concluye y ya un poco antes se desató toda una campaña de pintura de su persona, cual si nos fuera una diva desconocida, una revelación inesperada o una dea abscondita, en cuya presencia no habíamos reparado. Y de esto hemos de escarbar lo suficiente, que apenas empieza el bongó.

Demasiadas ridiculeces se han lanzado ya al escenario, como para que nos traguemos sin masticar tales embelecos. Sostener por ejemplo que en sus definiciones políticas (se supondría que en su juventud) abrazó la propuesta trotskista, es irse demasiado lejos. ¿A qué vienen tales mafufadas? Si cuando fue joven abrazó ideales de tal radicalismo, ¿cómo vino a ser entonces funcionaria del gabinete de Fox, de identificación panista declarada, propia de la gente de la vela gorda? ¿Cómo fue alcaldesa de la delegación Miguel Hidalgo en la capital, otra vez con las siglas panistas? ¿No le llegarán de tales extravíos a las convicciones idealistas de su juventud, al menos desvaídos remordimientos que le fuercen un poco a enderezar su propio barco? Pero, en fin. De estas y muchas más extravagancias nos hemos de estar nutriendo en el año que viene, que es electorero por excelencia.

Los que sí no tienen remedio de plano son nuestros grillos locales, a los que mejor les deberíamos de dejar chiflando en la loma por tanto disparate que hilan y que nadie les vaya a la mano. Enrique Alfaro, por ejemplo, lleva cinco años expectorando y perorando, donde puede y donde no, que buscará la grande, que le tirará en serio a la manzana mayor. Se ha sentido siempre con espolones para lidiar por la silla nacional. Y de pronto nos sale con el chistorete de que siempre no, que no le va a entrar, cuando apenas va a empezar el sainete. ¿En qué quedamos pues Alfarín? ¿La cosa se rige con el humor con que se amanezca el día o de qué piña se trata?

Peor nos la espetó su acólito de marras, Clementito Castañeda, alias el Pachis. Dijeron que su partidito, el MC, no se iba a sumar al FAM. O sea que iban a dejar a los oligarcas esta vez, y también a su capo Dante Delgado, colgados de la brocha. Pero de pronto sale al ruedo el arlequín a decir que, si la candidata derechosa es Xóchitl, que entonces sí lo van a considerar y sí le van a entrar al baile. ¿Dónde les enseñarían a estos grillos locales a sostener la consistencia del discurso? En fin. Como dicen bien nuestros rancheros: Con estos bueyes hay que arar. Y se quedan tan orondos. Gracias.