José Díaz Betancourt
Viernes 10 de mayo de 2024.- Es sábado por la tarde y el calor comienza, muy a su pesar a disminuir por la metrópoli a la que ha tenido bajo las brasas todo el día, un oasis extraño de silencio se abre en la arbolada calle de Libertad donde se alcanzan a escuchar los pájaros y más allá un lejano y un rítmico golpeteo de cascos contra el pavimento.
Se trata de una de las últimas calandrias condenadas a desaparecer en julio y el caballo que se llama Trino, es uno de los 78 equinos que serán los últimos en más de cien años que se dedican a pasear turistas en Guadalajara- El futuro de este potro y de los demás es incierto.
Los medios modernos y los funcionarios empresariales se han cansado de acusar a los caballos de ineptos y de que no pueden jalar un simple carromato con tal de abrirle paso a un modelo de negocios.
Muchas de estas calandrias sirvieron a lo largo de la historia de muchas otras tareas a la ciudad y a sus habitantes; esas encomiendas también se morirán como algunos de esos corceles.
Pilón
Con todo descaro festejan las autoridades que “apenas” van 49 mil hectáreas afectadas por incendios, qué porque el año pasado fueron más, al tiempo que admiten que más del 90 por ciento del total son responsabilidad del ser humano.Así que vamos bien.