En Chiapas, de poco más de mil puestos públicos en disputa electoral, renunciaron 500 tras el asesinato, en tres días, de 15 personas. Antes, nadie imaginaba que aspirar a un puesto de elección, sería de tan alto riesgo. En esta campaña los abanderados asesinados en el país, ronda las 40 víctimas de todos los partidos. Y las autoridades, indiferentes ante tanto baño de sangre.