Correo del lector
A propósito del cuento: El velorio, de Mel Toro.
Anoche fui a un velorio, así que este cuento me sirvió de continuación. Murió un amigo, vecino y colega futbolero, conocido desde hace largo rato, él y toda su familia. Los velorios son el recuerdo y el reencuentro del pasado. Varias veces tuve que hacer esfuerzos mnemotécnicos para saber quién me saludaba. Pero otras veces tuve que preguntar a alguien quién era el que me acababa de saludar. El velorio fue muy concurrido pues era una persona muy conocida en el vecindario y en el ámbito del futbol.
A mí no me gusta acercarme a la caja a ver el cuerpo como despedida final. Así que no lo hice, aunque la caja estaba abierta. Al inicio de los abrazos dolientes las emociones son de tristeza, pero después de un rato los rostros se distienden y empiezan los recuerdos y actualizaciones. Hay intercambios de números telefónicos y promesas de sostener comunicación, que comúnmente se olvidan después de unos días.
En un velorio tan concurrido el motivo de la concurrencia, al rato de haber concurrido, parece haber sido sólo pretexto para la concurrencia. Así cumple la muerte con su función social. No sé ustedes, pero yo cuando pienso en mi muerte y el respectivo velorio, me gusta imaginarme que todos los asistentes estuvieran riendo a carcajadas recordando chistes y momentos ridículos de mí. Cuando yo estaba en la Facultad de Filosofía nuestro compañero Armando Solórzano Ramos me puso un apodo. Me decía que yo era “el filósofo del chascarrillo”, porque lo serio lo volvía chistoso. Así me gustaría que me recordaran cuando muera.
Saludos.
José Luis Pardo Ruiz
Bella reflexión José Luis. Los velorios no son sólo cosa de duelo, también de evocaciones. Y las cosas buenas del difunto se exaltan, y las malas se ocultan. Por respeto a los deudos. Pero el velorio es un ritual para alargar unas horas más la existencia del finado. Después el muerto al pozo y el vivo al gozo. Como la canción de Chava Flores: “Cerro sus ojitos Cleto”
Tionan
Sobre algunas lecturas de Garbanzos de a libros:
Acabo de leer el artículo sobre Pessoa y sus heterónimos de Josefina Reyes Quintanar. Me parece un bello relato biográfico.
También leí el del nuevo fanatismo de Pseudo Longino. Ambos me parecen muy buenos textos.
Armando Martínez M.