En tanto capos de cárteles -se supone- estarían siendo cautelosos ante amagos de Trump de acabarlos por “narcoterroristas”, el “dueño” de plaza en Aguascalientes, da pretexto al presidente gringo para intervenir. Primero secuestró al alcalde de Villa Hidalgo, Jal., Jaime Cruz y a un hijo; después, a su esposa, Brenda M. Montañez (ya liberada), para presionarlo a destituir a su director de Policía, que no lo hizo, pero renunció por amenazas-, e imponer un cómplice suyo. Donald -ya lo dijimos- está al acecho. Para muestra, barcos y vuelos de aviones militares cercanos o sobre nuestro territorio, con o sin acuerdo del gobierno mexicano proclamando “¡soberanía!, ¡soberanía!”.