Si durante la II Guerra Mundial -y en sus guerras e invasiones después–, el gobierno norteamericano no hubiera demandado enervantes para darles el “valor” a sus soldados que no tienen cuando no se lucha por ideales sino por intereses, México no padecería -quizás- el grave problema del narcotráfico. En EU, ¿quién o quiénes compran droga a los cárteles aquí, en Colombia y otros países y quiénes la distribuyen allá? ¿Dónde están los capos gringos? ¿Cuándo se ha sabido de capturas de esas? “¡Fariseos! ¡Sepulcros blanqueados!”.