¿Logró conseguir Gilgamesh la inmortalidad?
[Desgraciadamente, el final de este relato mítico tan hermoso se encuentra mutilado. Ha sido imposible a los peritos reconstruirlo. Aquí concluye entonces, por nuestra parte, la incursión en lectura tan edificante y reveladora de la esencia humana.]
Traducción de Gabriel Michel Padilla
Pero la esposa de Utnapishthim dijo,
“espera, pues este hombre ha soportado
inmensas privaciones, ha sufrido,
de muy lejanas tierras ha viajado, 345
no le podrás hacer algún regalo
para desearle su feliz retorno?
Al oír estas palabras Gilgamesh
detuvo la barcaza y dio la vuelta,
y la trajo de nuevo hasta la orilla 350
Utnapishthim le dijo, ´Oh Gilgamesh,
has venido de lejos, soportaste
miserias, privaciones, hambres, fríos;
ahora, generoso voy a darte
algo para tu viaje de retorno. 355
Un misterio, un secreto de los dioses.
Hay un pequeño arbusto bajo el agua,
que se recata bajo El Gran Profundo.
Es espinoso, pinchará tus dedos,
como espinas que ostentan los rosales. 360
Si lo encuentras tráelo a la superficie.
Habrás hallado entonces un secreto,
regalo de la eterna juventud.
Cavó un hoyo en la playa Gilgamesh
que lo conduce bajo El Gran Profundo, 365
dos piedras bien pesadas se amarró
que lo jalaron hacia lo profundo.
Él encontró la planta y la sustrajo,
sus dedos se espinaron y sangraron,
se quitó las dos piedras de sus pies, 370
y su cuerpo salió a la superficie,
las olas lo arrojaron a la playa.
Gilgamesh dice entonces a Urshunabi,
´ven a mirar la planta misteriosa,
la que vuelve el aliento de la vida, 375
la llevaré hasta la ciudad Uruk,
la de murallas gruesas y elevadas,
haremos que la coman y veremos
cómo los viejos vuelven a ser mozos,
entonces yo también la probaré 380
y volveré a ser joven sin achaques.
Luego se detuvieron a comer
al completar las cuatrocientas millas
al completar las mil se prepararon,
para pasar las noche y descansar. 385
Gilgamesh vio un estanque de agua fresca,
bajó a bañarse, a refrescar su cuerpo.
Puso entonces la planta sobre el piso
una astuta serpiente olió su aroma,
salió del agua y se llevó la planta. 390
Y al retirarse se mudó de piel.
Gilgamesh al ver esto tomó asiento
y se puso a llorar con grandes lágrimas,
cogió la mano de Urshunabi, dijo,
“mira Urshunabi, para quién me afano, 395
qué voy a hacer ahora, mis anhelos,
de nada me sirvieron pues mis manos
trabajaron en vano a favor de otro,
pues un reptil llevose mi regalo,
que arranqué de lo más hondo del agua. 400
Cómo encontrar ese lugar de nuevo
si en la orilla dejamos nuestra barca.