A darse con todo
Juan M. Negrete
Según los pronósticos, en cuanto se abrieran las puertas del año nuestros políticos se iban a romper las medias, a desgreñarse y a darse con todo. Sacarían sus mejores mañas. Pues bien, ya están en la lisa. De los tres bloques con estafeta, a los tres hasta les babean las fauces por demostrarnos cuál es el peor. El gran público va a dirimir quién de la tripleta querellante se lleva la mano, no con aplausos sino con votos. El sainete ya empezó.
Los primeros en levantar el dedo fueron los de la coalición opositora que cambia de nombre según traigan el humor. Para no entrambulicarnos son los que componen la alianza PRI, PAN, PRD. Son los de la flota del poder desde antes de que el PRI se llamara así. Cronológicamente habría que realizar algunas precisiones, porque el PAN se trepó al escenario en 1939 y el PRD hasta 1989. Como se ve, les gustan los nueves. Pero lo que tenemos vivo y a la mano es que pusieron al servicio de sus intereses a lo que llamamos gobierno desde 1982 hasta el 2018, período al que se le denomina nuestro neoliberalismo o nuestra globalización.
Ahí estuvieran todavía encaramados. Pero les fallaron sus pies de barro y ahora son un coloso que se vino al suelo. Andan en la brega, pero bastante desorientados y casi casi perdidos. La prueba más reciente es el malhadado pacto que hasta suscribieron e hicieron público para acomodarse en la brega de los últimos dos años. Primero definieron a Coahuila y al estado de México para candidaturas del PRI, a cambio de que el PAN se colgara la nacional y la ciudad de México. Ya saben bien, porque tienen larga experiencia, que en el juego de la grilla se gana y se pierde. Así que al estado de México no lo pudieron copar con votos, pues se los ganó Morena. Pero en Coahuila sí ganó el PRI. Y ahí apareció el peine.
Markito Cortés, que tiene de político acertado lo que los demás tenemos de astronautas, hasta exhibió el acuerdo, bien suscrito por ellos, de lo que les iba a tocar en el reparto. Lo justifica como denuncia porque el priísta Manolo Jiménez, ya instalado en el gobierno, no les cumplió. Para el PAN iban a ser las posiciones de la fiscalía, el instituto de la transparencia, el registro civil, las recaudadoras, direcciones de escuelas y universidades, seis notarías, la ratificación de un magistrado del tribunal de conciliación y arbitraje y algunas cosillas menores más. ¡Cómo se ve que conocen muy bien y desde dentro el oficio del agandalle!
El gobernador priísta, acusado de incumplido por sus cómplices panistas, justificó que era un acuerdo cuyas cláusulas no se habían cumplido bien por el PAN. Se habían comprometido a aportar un porcentaje de votos del 20% y sólo arrimaron el 6%. Así que ni cara tenían para reclamos. El escándalo aún no concluye. Y menos se apagará porque parece ser la mecha con la que se va a incendiar la pradera. AMLO presentó estos documentos en su mañanera y con ello el asunto recibió la difusión nacional requerida. Así, de esta manera sucia o no, ya estamos enterados todos de cómo masca la iguana.
Pero la suciedad de la coalición opositora no está solita en este escenario de equívocos. Lo que les descalifica de todo a todo es que solos se hicieron del delito y dieron a conocer sus malas mañas. No los estábamos inquiriendo ni investigando a escondidas. Abrieron las cartas y se pusieron de pechito. Y como los mexicanos no somas nada de suspicaces, pues vamos a seguir creyendo en su inocencia e ingenuidad. Y con eso hasta vamos a tapiar las urnas a favor de los candidatos que promuevan. ¡Cómo no! Ha de ser por eso que la señora de las gelatinas anda que no la calienta ni el sol y hasta quiere deslindarse del PAN mismo y del PRI, diciendo ahora que es “candidata ciudadana”. ¿Cómo la ven desde ahí?
En la casa de enfrente, ya no en los patios de la oposición sino en el territorio oficialista, surgió también un imprevisto paquete de ropa sucia. Sanjuana Martínez llegó a directora de la agencia Notimex. Desde su llegada se enfrentó al sindicato de la agencia, al que le coordina sus asuntos jurídicos el abogado laboralista Arturo Alcalde Justiniani. Este abogado es el papá de María Luisa Alcalde Luján, quien ejerció primero como secretaria del trabajo y ahora es la secre de gobierno. O sea, se trata de un equipo familiar bien cercano al propio AMLO. De ahí que los jaloneos en esta parte tengan relevancia mediática y deban ser esclarecidos también y más que en serio.
Sanjuana terminó tirando la toalla de la agencia y el sindicato presentó una lista de personajes para su liquidación. Nombres más, nombres menos, según esta denuncia, dentro de la lista de liquidados algunos que eran simples aviadores recibirán o ya recibieron partidas millonarias, mientras que las de los empleados reales salieron bien maltrechas. Lo de siempre pues. La diferencia es que aquí se trata de asuntos amparados por la mística de la 4T.
Otro punto negativo que señalado es una partida de 20 millones de este dinero para la campaña de la señora Claudia Sheinbaum. Ésta desmintió de inmediato la especie y el propio Obrador exigió pruebas de lo denunciado. Sanjuana afirmó que las transas no se suscriben ante notario. ¿Cómo de que no? Que les pregunte a los del PRIAN, para que aprenda cómo se realizan tales arreglitos, como el de Coahuila. Pero no nos adelantemos. Esto apenas empieza.