A un año: lo bueno, lo malo y lo feo del gobierno de AMLO

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Debate Abierto

Criterios

 

Lo bueno

  1. Cambio de régimen: Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y sus 30 millones de votos pueden marcar el inicio del fin de un régimen político, encabezado por el PRI y secundado por el PAN, que gobernó a México por más de 70 años. Gracias a esos gobiernos, México es uno de los países más desiguales, más corruptos y violentos del mundo. Destruir ese régimen de privilegios que se incubó por décadas no es tarea de un sexenio, pero urge iniciar ese proceso.
  2. Fin del modelo económico depredador: Separar al poder político del económico ha sido una acción del gobierno, proyecto que no puede ser totalmente delegado a AMLO, quien necesita aliados en el sector privado que le ayuden a hacer contrapesos a los grupos que pretenden descarrilar su gobierno. Pero es buena señal los aumentos a los salarios mínimos y terminar con los favores de los grandes contribuyentes que no pagaban impuestos.
  3. Primero los pobres: El aumento exponencial de la delincuencia tiene su origen en la desigualdad y la impunidad; la política social y económica busca poner en el centro a los grupos vulnerables para hacer viable el modelo económico. El mediocre crecimiento que hemos tenido también es provocado por la baja capacidad de compra de los trabajadores de México que provoca un débil mercado interno. Ahora, el objetivo es enfrentar la desigualdad con políticas sociales que busquen re distribuir la riqueza.
  4. Políticas anticorrupción: Quitar pensión a expresidentes, reducir los sueldos a la burocracia que creció sin control durante los últimos sexenios, combatir el robo de combustibles, iniciar la limpia en Petróleos Mexicanos y en el sector salud, terminar con las excesivas transferencias del CONACYT al sector privado e investigar a todos los implicados por el caso Odebrecht; todos son ejemplos de la desbordada corrupción que debe empezar a eliminarse. Pero con puros discursos no se transforman a las instituciones, urge iniciar procesos judiciales bien sustentados que lleven a la cárcel a muchos delincuentes de cuello blanco.

Lo malo

  • Discurso de confrontación: AMLO ha abusado en sus discursos en denostar a sus críticos con un leguaje abundante en calificativos que no hacen más que crispar más los ánimos de la oposición. El presidente no puede, no debe, él personalmente responder a todos los cuestionamientos; la sobreexposición ante los medios debilita su imagen y genera incentivos para más críticas. Sus colaboradores son los que tienen que responder las dudas y críticas, pero con una visión de rendición de cuentas, argumentando, informando del porqué de las acciones de gobierno.
  • Resistencias en el poder judicial: Uno de los pilares del viejo régimen es el Poder Judicial. Jueces y magistrados han sido parte del aumento de la impunidad para enfrentar a la delincuencia, común, organizada y sobre todo, a los delincuentes de “cuello blanco”. Ahora están atrincherados en defender sus sueldos y privilegios. Sólo el poder legislativo tiene las atribuciones para modificar el marco legal con el que operan para obligarlos a transformar a esa institución.
  • La beligerancia de Donal Trump: Una fatalidad para AMLO es convivir con un presidente como Trump, un bravucón, ignorante y racista que ha encontrado en México a un gobierno debilitado por la crisis estructural, lo cual lo arrincona y obliga a aceptar las imposiciones sobre política migratoria. Ahora el gobierno de AMLO impulsa una política migratoria que beneficia al interés político de Trump en su carrera para la reelección.
  • Economía se estanca: El PIB del primer trimestre tuvo una reducción de -0.2% respecto al trimestre anterior, y la tasa anual apenas creció 1%. Además, los pronósticos de crecimiento para este año se debilitan. Los analistas pronostican que apenas creceremos un poco más del 1%. Sin inversión privada no habrá empleos, ingresos y por tanto crecimiento; las secretarías de Hacienda y Economía deben conjuntar esfuerzos para mejorar expectativas entre el sector privado y aumentar las inversiones.

 

Lo feo

  • Proyectos sin planeación: Los grandes proyectos de infraestructura, aeropuerto de Santa Lucía Y Tren Maya, están detenidos por amparos interpuestos por los mismos grupos empresariales y políticos que crearon las campañas negras en contra de AMLO durante las elecciones de 2012 y 2018. Pero esos proyectos están llenos de errores de planeación y de comunicación. El apresuramiento del gobierno de AMLO por cambiar rápido muchas cosas lo están llevando a cometer un cúmulo de errores en sus políticas, y sus colaboradores parece que poco lo están ayudando a enfrentar esos problemas.
  • Los expresidentes: La corrupción que carcome a las instituciones de México, en gran parte fue inducida y tolerada por los expresidentes, principalmente desde Salinas hasta Peña Nieto. El gran error de AMLO es afirmar que el combate a la corrupción no va alcanzar a esos personajes. El “borrón y cuenta nueva” es inaceptable en un país que reclama la aplicación de la ley a esos expresidentes y sus colaboradores cercanos que se coludieron para saquear el dinero público.
  • Las protestas sin sustancia: Las tres protestas que han organizado los detractores del gobierno de AMLO, cada vez más numerosas, son impulsadas por personajes que no tienen calidad moral para protestar; muchos de ellos son autores del desastre económico y político que tiene México hoy. Igual ocurre con los intelectuales y analistas económicos y políticos que hoy se manifiestan en forma crítica de acciones de gobierno que antes no vieron, que antes solaparon, que antes ocultaron.
  • La violencia: No hay diferencias significativas en los niveles de delitos, aunque ahora son más publicitada, principalmente por los críticos del gobierno de AMLO. Por ejemplo, según datos oficiales, el promedio de homicidios dolosos por mes en 2018 era de 2 mil 413 asesinatos. En lo que va de 2019 son 2 mil 402. En el robo de vehículos, pasaron de 14 mil 620 robos al mes en 2018 a 13 mil 112 en lo que va del año. Dos ejemplos de delitos que van a la baja, aun así son cifras muy elevadas. La gran apuesta es la Guardia Nacional, esperemos que tenga un efecto positivo, aunque no creo que sean inmediatos.

A un año del triunfo de López Obrador, no hay muchas razones para festejar nada en el Zócalo, pero sí es tiempo de cambiar muchas cosas que no están funcionando. Al tiempo.

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