La crítica de arte no debe ser autoritaria sino sólo una opinión, y no se debe reducir al blanco o al negro sino explicar su complejidad, sostuvieron las especialistas en arte Luisa Soares de Oliveira e Imgard Emmelhainz durante el Seminario Internacional de Crítica de Arte que se celebra en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La escritora, traductora y docente independiente Imgard Emmelhainz propuso que se haga una crítica no marginal ni antimercado, sino “prácticas experimentales, arriesgadas y antimodernas, conscientes de la urgencia de liberar al arte del neopopulismo que enmarca su campo de producción; de emancipar al arte, por un lado, de la obligación de pseudoiluminar a las masas, disfrazado de entretenimiento, y por otro, de ser bandera de la democracia y ocupar el rol de antagonismo y disidencia institucionalizados”.
La crítica de arte agregó que también aboga “por una crítica experimental, encontrando formas distintas a la teoría, a las referencias literarias, como herramientas para acercarse a la obra de arte, por ejemplo la experiencia personal; todo con el objetivo de entablar un diálogo fructífero con artistas y con el público”.
Por su parte, la crítica de arte portuguesa Luisa Soares de Oliveira, profesora de la Escola Superior de Artes e Design de Caldas da Rainha y también crítica de arte, comentó que es verdad que hay coleccionistas que ven el arte como una inversión. “Es una realidad, y nosotros vivimos dentro de este sistema”, reconoció. “Para mí es horrible pero debo aceptar que artistas como Joana Vasconcelos y Anish Kapoor, que fue un buen artista en los ochenta, tienen la libertad de hacerlo así. Pero eso no tiene nada que ver con calidad, tiene que ver con productividad”.
Sin embargo, dijo que para ella los peores artistas son los políticamente correctos, que están dentro del sistema y su ambición es entrar en la Bienal de Venecia, “y hacen un arte supuestamente moralmente superior a todos nosotros, y eso para mí es la cosa más hipócrita, la peor que existe”, sostuvo.
Ambas especialistas participaron en la mesa titulada “La crítica en el arte contemporáneo, la realidad de un criticado oficio”.
Imgard Emmelhainz lamentó que la mayoría de la crítica de arte que el público lee es blanco o negro, “y eso también es lo que hay que resistir. Debemos insistir en la complejidad de la conversación, en la complejidad del estado de las cosas; ir más allá del juicio moral de que está mal que el arte sea un espectáculo. Hay que ir más allá de eso. Explicarnos y explicarle al público cómo funciona”.
Lamentaron que la crítica de arte sólo sirve a los artistas y a los galeristas, y coincidieron en que un grave problema para que haya más público para el arte es la falta de educación artística en las escuelas de educación básica.