Si Jalisco no forma parte del litigo contra los libros de texto promovido por otros estados y por la Unión Nacional de Padres de Familia (organización ligada a la agrupación ultraderechista El Yunke, según referencia del periodista Álvaro Delgado), ¿había necesidad de subirse a una polémica ajena y afectar a más de 2 millones de estudiantes con la no entrega de libros de texto? ¿Qué no darían los vecinos del Gran San Rafael por una respuesta tan rápida y puntual del gobernador en favor de alguno de los amparos (ganados) para suspender la obra hidráulica en torno al proyecto inmobiliario que tanto defiende Alfaro?