Como no es dinero de su bolsillo, es de los jaliscienses, Enrique Alfaro da a la Femexfut 8.7 millones de pesos del erario para que la Selección juegue aquí. Los directivos sólo ven por su negocio, y si la gente no va a los estadios donde juega el “Tri”, es porque no convence, no da una. En tanto, posibles buenos futbolistas mexicanos siguen marginados de equipos estáticos –sin ascensos ni descensos- por tanto importado y “nacionalizados” que ni sienten la camiseta.