La expectativa es que no sea tan despiadada a fin de año
· Descienden los precios de los agropecuarios
· De 8.41% a 7.80% de Octubre a Noviembre
La inflación dio un buen respiro a los ya cansados y robados
consumidores, sobre todo en los grandes supermercados, el pasado
noviembre, impulsada por el abaratamiento de los productos
agropecuarios, importantísimos para mantener la vida, y las
expectativas son en el sentido de que el cierre de año, a tres semanas
de celebrarse con juegos artificiales y fiestas familiares, con
guajolote horneado o pollos rostizados (los que tengan con qué), sea
mucho menos traumático para las mayorías de trabajadores consumidores
de bajo y muy bajo poder adquisitivo.
Medida por el comportamiento de los Índices Nacionales de Precios,
particularmente de precios al Consumidor, el pasado noviembre la
inflación cedió un considerable terreno de 0.61 centésimas de punto
porcentual. Creció 7.80% anual cuando en octubre lo hizo en 8.41%.
En octubre, los ánimos de los analistas eran pesimistas. Y más
pesimistas los de los consumidores que ven como, de semana a semana,
casi se duplican los precios de los alimentos. La inflación estaba en
su punto más alto. Había llegado, en ese mes, al citado 8.41 por
ciento anual, porcentaje que amenazaba con una carrera loca hacia una
alta inflación al finalizar 2024. Y muchos esperaban que no se
cumplieran las expectativas de controlar el crecimiento de los
precios, por las autoridades monetarias, encabezadas por la doctora
Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del banco central, en un ambiente
de incertidumbre propiciado por la inflación global y los precios de
los combustibles en Europa, así como por los dia-bólicos efectos en la
economía mundial de la guerra junto al Mar Negro, en la Europa otrora
socialista.
En noviembre de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor
(INPC) registró una variación de 0.58 % respecto al mes anterior, y
con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 7.80 por
ciento. En el mismo mes de 2021, la inflación mensual fue de 1.14% y
la anual, de 7.37 por ciento. Y un mes antes, en octubre, había
crecido 8.41 por ciento.
El índice de precios subyacente se incrementó, el pasado noviembre,
0.45% a tasa mensual y 8.51% a tasa anual. El índice de precios no
subyacente creció 0.94% a tasa mensual y 5.73% a tasa anual. Al
interior del índice subyacente, los precios de las mercancías subieron
0.43% a tasa mensual y los de servicios, 0.48 por ciento.
Dentro del índice no subyacente, los precios de los productos
agropecuarios bajaron 0.42% y los de energéticos y tarifas autorizadas
por el gobierno aumentaron 2.11% a tasa mensual, en mayor medida, por
la conclusión del subsidio al programa de tarifas eléctricas de
temporada de verano, aplicado en 11 ciudades del país donde el INPC
tiene cobertura.
El INEGI informó que, en noviembre de 2022, el Índice Nacional de
Precios Productor (INPP) total, incluyendo petróleo, disminuyó 0.37% a
tasa mensual y aumentó 5.68 % a tasa anual. En el mismo mes de 2021,
creció 1.06% a tasa mensual y 9.87% a tasa anual.
Por grupos de actividades económicas, a tasa mensual, los precios de
las primarias incrementaron 0.22%; los de terciarias, 0.45% y los de
actividades secundarias cayeron 0.83 por ciento.
El Índice de Mercancías y Servicios de Uso Intermedio, incluyendo
petróleo, descendió 0.64% a tasa mensual y subió 4.88% a tasa anual.
En noviembre de 2022, el Índice de Mercancías y Servicios Finales,
incluyendo petróleo, decreció 0.26% a tasa mensual y aumentó 6.01%
En cuanto a las expectativas del comportamiento de la inflación
general, los expertos estiman que el cierre del año actual podría
enfrentar un crecimiento de los índices de precios de 8.3%.
En cuanto a la inflación subyacente, las expectativas se sitúan en
8.4%, Finalmente, las expectativas de inflación general para el
horizonte de uno a cuatro años disminuyeron, en relación con el mes
precedente, aunque la mediana correspondiente permaneció constante.
Para los próximos 12 meses, las perspectivas sobre dicho indicador
disminuyeron en relación con el mes previo. O sea, se espera que los
precios no se comporten tan despiadadamente como en tiempos del
capitalismo salvaje, cuando la culpa de la inflación la tenían los
salarios mínimos, de acuerdo con el lenguaje mentiroso de los
economistas anexos.