Análisis a Fondo: Comprensible sentimiento de culpa

Análisis a Fondo: Comprensible sentimiento de culpa

·        Desayuno reparador de Monreal con los periodistas

·        Del Viernes Negro al reencuentro con López Obrador

Viernes 05 de mayo de 2023.- La verdad es que al reportero nadie tiene que darle las gracias por
hacer su trabajo. Ver, escuchar, usar los cinco sentidos, para
publicar lo nuevo, la noticia, informar es el trabajo obligatorio,
cotidiano, de todo periodista bien nacido y bien educado. Y un ser
humano generoso.

Pero bueno, El coordinador del grupo de senadores de Morena, al que se
agregan los senadores del Partido del Trabajo, los del Verde
Ecologista, los del PES, ofreció un sencillo desayuno a los
periodistas que, día a día, son testigos de los trabajos senatoriales
en el estudio y aprobación de reformas legales, de leyes, de reformas
ordinarias y constitucionales, siempre al amparo de la propia
Constitución.

Ricardo Monreal Ávila convidó, este jueves a los periodistas que
cubren la fuente del Senado; a los que analizan y comentan los
acontecimientos, que ocurren en el salón de plenos, y a aquellos que
comentan la noticia, los columnistas, con un notorio sentimiento de
culpa.

Y lo dijo. Podría haber hecho más para dar facilidades a reporteros,
columnistas y articulistas para facilitar sus trabajos de
investigación de lo que ocurría en el Senado, antes del “Viernes
Negro”, cuando la oposición cumplió su papel de oposición, oposición
irracional por supuesto, con la toma de la Tribuna del Salón de
Sesiones, para celebrar la pijamada de la frustración ante su
impotencia de ganarle a la mayoría que obedecía a los designios del
personaje que ellos odian con todo su corazón, el presidente López
Obrador.

Lo que primero hizo Monreal fue reiterar su agradecimiento a todos los
tundemáquinas, por su más reciente acto heroico de ser testigos de la
terquedad y tozudez de los senadores opositores, quienes condicionaron
su participación en el debate de la aprobación de los dictámenes. Y
era muy comprensible que los senadores de Morena respondieran a los
deseos de su jefe nato. Su fundador.

Monreal se ha pasado la vida enamorando a los opositores para
atraerlos, pero no se ha dado cuenta de que entre el PAN y Morena no
hay nada que llame ni siquiera a la amistad, menos a las
coincidencias, y mucho menos a las coincidencias políticas. Son como
el agua y el aceite. Los panistas son de derecha, son hijos del
Yunque, la organización secreta que busca la imposición, el triunfo de
las fuerzas oscuras de las clases dominantes, sobre las clases
populares, que no se merecen más que el desprecio.

Así, el equipo de Monreal nos sirvió café negro (no creo que fuera
café de Costa Rica, ni menos de Colombia, ni mucho menos de Chiapas,
El café que nos sirvieron no despedía el aroma a placer del buen café
que estoy acostumbrado a saborear.)

Monreal fue desmenuzando sus inquietudes, primero su conciencia ante
lo que él imaginaba que fue maltrato a los periodistas, no a las
empresas periodísticas, sino a quienes se pasan las horas buscando las
novedades en el Senado, entre los senadores, entre…

Habló el Senador de sus preocupaciones políticas, de sus intenciones,
de sus satisfacciones, de sus frustraciones, de sus desilusiones, de
sus inquietudes, pero sobre todo su satisfacción y alegría, casi
infantil, porque el presidente López Obrador volvió a tratarlo como
parte de su grupo, de sus amistades, después de dos años de haberle
retirado la palabra, encuentro ocurrido el mismo viernes, que por lo
visto no fue tan negro, por lo que se ve en la imagen que algún
fotógrafo tomó en las escalinatas de Palacio, en la que se ven
Monreal, a la derecha, y el Presidente a la izquierda, sonrientes como
si la última vez que se vieron hubiera sido el jueves.

Esta era la razón por la cual Monreal quería dar las gracias a los
reporteros y reporteras que cubren el Senado. Las preguntas y
respuestas, en realidad, no impactaban ni importaban, solamente eran
el pretexto. Lo importante. La noticia para Monreal era su
arrepentimiento con los reporteros, su alegría del reencuentro con su
viejo amigo, el tabasqueño ungido presidente. Y para ser honestos, lo
que menos importaba en ese momento era su aspiración por suceder a su
amigo en la silla presidencial, que en realidad es el máximo deseo del
zacatecano,

Pero ayer a las diez horas, hora del desayuno con los periodistas,
también pasó a segundo término su caída como negociador con la
oposición en el Senado, sus contradicciones con su bancada, en la que
uno a uno de sus amigos se le antepusieron buscando el reencuentro con
el presidente de la República, el inspirador, el fundador del
Movimiento de Regeneración Nacional.

Digamos que el desayuno fue un buen encuentro con los periodistas.
Veremos la próxima semana. El día en que sesione la Comisión
Permanente. Veremos el día en que Morena elija a su candidato
presidencial.