Análisis a Fondo: ¿El fin del odio?

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Francisco Gómez Maza

· Todo bajo control, Adán Augusto

· ¿Hubo rebelión contra el Señor X?

Algo puede haber algo menos podrido en Dinamarca, o ¿es la pura
zalamería de los hipócritas? No lo sé, pero parece que algo cambió,
algo se serenó en la oposición. ¿Por interés? ¿Por estrategia?

Los panistas pidieron chichi, como dicen los habitantes de mi datcha.
Guiados no por su jefe nacional, Marko Cortés, sino por el
experimentado abogado Santiago Creel, se arrimaron a Bucareli 8 para
solicitarle a Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación
un encuentro con el presidente de la república. Un buen síntoma para
la salud de las relaciones económicas y sociales de los mexicanos,
aunque he de ser sincero. No confío en los panistas. Son de los que
lanzan la pedrada y esconden la mano. O los que pulsan el timbre y
salen corriendo para que el vecino no los descubra.

Por su lado, los priistas del viejo régimen cambiaron su denominación
de origen. Ahora borraron la expresión centro derecha en sus
documentos y se declararon de centro izquierda, lo que los obliga por
razones históricas a apoyar la contrarreforma energética de López
Obrador para nulificar la de Peña, alumno malcriado de Carlos Salinas
de Gortari, quien intentaba acabar con la Comisión Federal de
Electricidad y entregar todo a las empresas privadas, sobre todo
extranjeras.

Los empresarios, los más grandes, los grandotes de los grandotes, los
machuchones como dicen los tabasqueños, comenzaron un diálogo que,
siendo optimistas, podría significar un buen cambio en las relaciones
del poder público con el poder empresarial. No lo sé. Quien diga que
lo sabe, no sabe que no lo sabe.

Los galanazos y galanazas del empresariado, sindicados en el Consejo
Mexicano de Negocios (ya no le ponen “hombres de negocios” porque hay
una mujer en sus filas), encabezados por Antonio Del Valle Perochena,
su presidente, y – ¡no lo va a creer! – el padre del Señor X, la
fuente de financiamiento mal habido para los partidos otrora
opositores a ultranza, Claudio X. González Laporte, presidente del
Consejo de Administración de Kimberly Clark, dispuesto al diálogo con
el “despreciable López”.

Los magnates dejaron el odio a las puertas del museo Kaluz y se
sentaron a hablar con el señor Presidente (ahora sí “señor”, cuando
siempre se refieren a él como “Lopitos”.)

Pues lo más granado del empresariado de pompa y circunstancia fue al
Museo, a un encuentro con su archienemigo. Y varios magnates
ofrecieron disculpas al Primer Mandatario por la forma con la que lo
han tratado y referido de él. Un buen acercamiento con el gobierno de
la 4T.

Perdieron tres valiosos años partidos de oposición y magnates de la
iniciativa privada. Vamos a ver si los otros tres años son suficientes
para rehacer en parte el tejido de las relaciones empresarios-sector
público. ¿Una nueva era? El tiempo, de aquí a febrero, lo dirá. Para
entonces está propuesta la primera etapa de mesas de trabajo entre los
panistas y los estrategas del gobierno federal. López Obrador dijo ya
que invitará a los priistas. Del PRD no se dijo nada. Es absolutamente
irrelevante ese despojo de lo que una vez fue la izquierda mexicana.
Ahora coquetean con quien se deje. Como lo hace Porfirio Muñoz Ledo…

Llama la atención el silencio de los financiadores de la oposición; de
los sonsacadores, de los sancamilotes de Marko, de Alito, de Chucho.
Claudio X. González jr. y Gustavo de Hoyos. Qué opinan del
acercamiento del PAN y del empresariado de altos vuelos, entre los que
se encuentra su padre, dándole la mano a su mayor enemigo, a quien el
Señor X tenía planeado sacar de Palacio Nacional en el 2024 a López
Obrador.

Dejemos que corra el tiempo. Ahora estamos entrando en un periodo de
relajamiento, vacaciones escolares de los infantes, de los maestros;
fiestas (ayer jueves 16 comenzaron las muy mexicanas “Posadas”, de las
que espero ningún contagio de covid-19 y que el Ómicron se mantenga
lejos del trago, de los buñuelos y del ponche de frutas.

Esperaremos que haya cambios profundos en la vida de los mexicanos;
cambios para bien, para acabar con la exclusión, con la
discriminación, con el odio político; para acabar con la confrontación
de todos contra todos.

López Obrador se ve feliz y aparentemente le tienen sin cuidado las
críticas, los cuestionamientos, las diatribas de periodistas, de seudo
periodistas, de locutores, de las voces de la derecha reaccionaria.
Como dijimos ayer: Ahora tiene la sartén por el mango.

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