Análisis a Fondo: Estupidez o mala intención

 

  • Tienes que verificar hasta una mentada: René Arteaga
  • ¿Sabrán en El País de España el significado de Deontología?

 

El fenómeno de las noticias falsas, y más, de las noticias expresamente falsas para desprestigiar al adversario, es muy serio, grave, preocupante, comprometedor, vergonzante.

No es asunto de poca monta divulgar un dato no verificado, conscientemente falso; únicamente por ignorancia o, peor aún, por aviesa intención de causar daño al adversario ideológico o político.

(Si recibes una mentada de madre mexicana, tu obligación, antes de responderla, es primero, antes de difundirla, corroborarla, me decía mi compañero y amigo tundemáquinas, mi maestro de la reporteada, René Arteaga, en aquel Excélsior de nuestros amores.

Es un tema eminentemente deontológico, de ética periodística, un asunto, o de mala leche, de odio político, o de estulticia.

La Academia de la Lengua, con su peculiar conservadurismo ideológico, religioso, y monárquico (no por algo la llaman Real Academia), la Madre Academia, como la llamaba Nikito Nipongo, mi inolvidable, también maestro, Raúl Prieto, define el concepto deontología como parte de la Ética.

Deontología se refiere a los deberes de los individuos que ejercen una actividad profesional; en este caso el periodismo, o también como el conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una determinada profesión.

Viene esta explicación cuasiacadémica porque, en medio de casi infinita “información” nunca verificada antes de ser publicada, y que el lector da como verdadera, nada más porque la publicó su periódico (impreso, radial, televisivo etc).

El periódico español El País difundió, recientemente, una información que, además de falsa, aparenta ser de malas intenciones. En su edición del viernes 5 de noviembre, el diario español publicó el siguiente titular, en primera plana: “Alerta roja en la central nuclear de Laguna Verde, por un apagón. Un reactor de la planta atómica se quedó sin electricidad externa, el fin de semana pasado, en una falla que implicó la declaración de alerta roja, el mayor grado de inseguridad reportable”

Muchos lectores, acostumbrados a que, si lo publica su diario favorito, es absoluta verdad; o si es una nota contraria al gobierno de López Obrador, dieron por verdadera la versión de El país.

Mentira, le dije a personas que me preguntaron si ya estaba enterado de la “peligrosidad” de la nucleoeléctrica. Y no acababa de pronunciar esa horrenda palabra, cuando el vocero de la CFE hizo quedar mucho muy mal parado al periodista que redactó la nota, al editor de la mesa del diario español, y a su dirección general.

Luis Bravo Navarro, coordinador de Comunicación Corporativa de la empresa generadora de energía eléctrica, explicó que cualquier pérdida de energía externa está prevista por las unidades de la Central Laguna Verde, ya que cuentan con generadores diésel de emergencia, capaces de operar de manera continua y autónoma por varias semanas (si fuera necesario).

Sin embargo, es obvio que la nota de marras, absolutamente falsa, llevaba jiribilla, o un embutote de las empresas españolas beneficiadas por la administración de Peña con el permiso para invertir en México en el sector energético y vender energía eléctrica cara a los consumidores. No cabe duda de que AMLO si es un peligro para ellas.

Y estas afirmaciones últimas son especulación de mi peculio, porque la nota de El País no deja más espacio que especular. Dice el dicho que, a falta de información verdadera, piensa mal y acertarás.

No puede calificarse más que de infame la, ya costumbre, de El País de “informar” falsedades en torno a México. Pareciera que los empresarios y los editores del medio periodístico español no supieran que están obligados a verificar lo que les informan sus fuentes mexicanas; sus “trascendidos”.

Deontología es la palabra clave de la tarea del periodista. O para mentes villamelonas, moral, ética, justicia, honradez y demás.

Y vale la pena repetir el axioma de mi paisano salvadoreño René Arteaga, con quien me reunía a comer frecuentemente en El Hórreo, con una botella de buen vino para saborear la paella valenciana, y nos reuníamos con el ingeniero José Álvarez Icaza Manero a analizar nuestra realidad latinoamericana:

Hasta una mentada de madre tienes que confirmarla, corroborar si es verdadera, antes de publicarla en las Últimas Noticias, en La Extra, o en el mismísimo Excélsior.

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