Análisis a Fondo: La sesión de los rebeldes de hoy, sale sobrando

Foto: Especial

Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los ocho ministros rebeldes que a toda costa quieren hacer algo para lo que no están autorizados por la Constitución Política de los Estados Unidos.

Mexicanos se van a enfrentar hoy con su destino, unos por terquedad, otros por seguir las órdenes de las derechas que se oponen a los cambios sociales y económicos de la Cuarta Transformación y con toda razón, según ellos, porque el nuevo gobierno lo que pretende es llevar al país a un comunismo fantasmagórico que sólo existe en la mente sudorosa de los grupos de mexicanos que le temen al cambio y que todo lo que signifique primero los pobres es comunismo, socialismo, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Rusia, China, que son un peligro para el México que ellos conciben como propio y como generador de riqueza y bienestar exclusivamente para ellos.

En ese contexto actúan los 9 ministros rebeldes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, ungidos por los sacerdotes de la corrupción y los corruptos oficios en la impartición de una justicia sólo para la defensa de las clases dominantes del imaginario despojo que realizan los pobres, los  rabajadores, los desocupados. Quieren meterle mano a la Constitución Política sin estar autorizados, porque se niegan a perder los multimillonarios privilegios que ha significado para ellos el ejercicio de una justicia injusta, que sólo defiende a las clases dominantes y particularmente a los grandes millonarios, de una supuesta vandalización y asalto de las clases pobres.

La Constitución reformada para borrar todo vestigio de injusticia en la impartición de justicia, de nepotismo rampante en la contratación de personal para el Consejo de la Judicatura, principalmente, y para eliminar los terribles excesos en que caen principalmente los ministros, ahora impone que la selección de tales personajes así como de los cargos principales del Poder Judicial sean por elección popular, lo que empanica a los generadores de injusticia, que son los ministros. Pero como los ocho ministros rebeldes están en desacuerdo con la Constitución, hoy martes 5 de noviembre sesionarán para, según ellos, para reformar la Constitución según lo sugiere en una ponencia a discutirse en la sesión de  hoy, el ministro José Luis González Carrancá, quien propone que sólo los ministros sean electos, y punto, lo que sería una reforma a medias del poder judicial.

Pero los ministros se hacen pijijis, una palabra muy chiapaneca para expresar que se hacen tontos. Ellos no tienen autoridad para cambiar el texto constitucional. Lo han dicho varios personajes del medio ahora como el magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Felipe de la Mata, quien declara que, si el texto constitucional dispone que se celebren elecciones para la elección de juzgadores, ésta instrucción debe cumplirse. Los Juzgadores no pueden cambiar reglas; debe haber elección judicial, advierte Felipe de la Mata, quién ha sido uno de los más fervorosos críticos de la democratización del nombramiento de los juzgadores. El mismo recuerda que, en un inicio no estaba de acuerdo con la elección de jueces, pero tiene que llevarse al cabo porque, digo yo, está ya mandatada por la Constitución. Ningún juzgador puede imponer su criterio personal por encima de lo establecido en la Constitución. Y esto tienen que saberlo los ocho rebeldes. Y lo saben. Nomás que se hacen como que la virgen les habla, De su comportamiento de hoy en su sesión para aprobar las largadas de Carranca depende su lugar en la historia de México: héroes o villanos.

“No sé si se hayan dado cuenta los funcionarios: todos protestamos cumplir y hacer cumplir la Constitución. Hecho eso, debe haber elecciones judiciales y realizarlas bajo los principios que se encuentran en la Constitución”, advierte De la Mata.

Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los ocho ministros rebeldes que a toda costa quieren hacer algo para lo que no están autorizados por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se van a enfrentar hoy con su destino, unos por terquedad, otros por seguir las órdenes de las derechas que se oponen a los cambios sociales y económicos de la Cuarta Transformación y con toda razón, según ellos, porque el nuevo gobierno lo que pretende es llevar al país a un comunismo fantasmagórico que sólo existe en la mente sudorosa de los grupos de mexicanos que le temen al cambio y que todo lo que signifique primero los pobres es comunismo, socialismo, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Rusia, China, que son un peligro para el México que ellos conciben como propio y como generador de riqueza y bienestar exclusivamente para ellos.

En ese contexto actúan los 9 ministros rebeldes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, ungidos por los sacerdotes de la corrupción y los corruptos oficios en la impartición de una justicia sólo para la defensa de las clases dominantes del imaginario despojo que realizan los pobres, los  trabajadores, los desocupados. Quieren meterle mano a la Constitución Política sin estar autorizados, porque se niegan a perder los multimillonarios privilegios que ha significado para ellos el ejercicio de una justicia injusta, que sólo defiende a las clases dominantes y particularmente a los grandes millonarios, de una supuesta vandalización y asalto de las clases pobres.

La Constitución reformada para borrar todo vestigio de injusticia en la impartición de justicia, de nepotismo rampante en la contratación de personal para el Consejo de la Judicatura, principalmente, y para eliminar los terribles excesos en que caen principalmente los ministros, ahora impone que la selección de tales personajes así como de los cargos principales del Poder Judicial sean por elección popular, lo que empanica a los generadores de injusticia, que son los ministros. Pero como los ocho ministros rebeldes están en desacuerdo con la Constitución, hoy martes 5 de noviembre sesionarán para, según ellos, para reformar la Constitución según lo sugiere en una ponencia a discutirse en la sesión de  hoy, el ministro José Luis González Carrancá, quien propone que sólo los ministros sean electos, y punto, lo que sería una reforma a medias del poder judicial.

Pero los ministros se hacen pijijis, una palabra muy chiapaneca para expresar que se hacen tontos. Ellos no tienen autoridad para cambiar el texto constitucional. Lo han dicho varios personajes del medio ahora como el magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Felipe de la Mata, quien declara que, si el texto constitucional dispone que se celebren elecciones para la elección de juzgadores, ésta instrucción debe cumplirse. Los Juzgadores no pueden cambiar reglas; debe haber elección judicial, advierte Felipe de la Mata, quién ha sido uno de los más fervorosos críticos de la democratización del nombramiento de los juzgadores. El mismo recuerda que, en un inicio no estaba de acuerdo con la elección de jueces, pero tiene que llevarse al cabo porque, digo yo, está ya mandatada por laConstitución. Ningún juzgador puede imponer su criterio personal por encima de lo establecido en la Constitución. Y esto tienen que saberlo los ocho rebeldes. Y lo saben. Nomás que se hacen como que la virgen les habla, De su comportamiento de hoy en su sesión para aprobar las largadas de Carranca depende su lugar en la historia de México: héroes o villanos.

“No sé si se hayan dado cuenta los funcionarios: todos protestamos cumplir y hacer cumplir la Constitución. Hecho eso, debe haber elecciones judiciales y realizarlas bajo los principios que se encuentran en la Constitución”, advierte De la Mata.

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