Análisis a Fondo: Otro Premio de Periodismo

Publicado el

Francisco Gómez Maza

· ¿La pretensión es acabar con la persecución a periodistas?

· Anuncian en la ONU la IV edición del Premio Breach/Valdez

Miroslava Breach y Javier Valdez Cárdenas, periodistas asesinados en
2017, bajo la égida de Peña, dan nombre al Premio Breach/Valdez 2022,
en su cuarta edición, para periodistas que hayan elaborado un trabajo
periodístico en defensa de los derechos humanos.

Breach era corresponsal del diario La Jornada en la ciudad de
Chihuahua, y fue asesinada el 23 de marzo de 2017; Javier Valdez
Cárdenas era director de la revista Río 12 en Culiacán, Sinaloa.

Ambos fueron muertos por su periodismo de denuncia de las injusticias.

Valdez Cárdenas, se presume que fue víctima de la delincuencia
organizada. La revista Río 12 estaba orientada a publicar asuntos
relacionados con las bandas de traficantes de drogas.

En la muerte de Miroslava, estuvieron involucrados políticos; uno de
ellos. Hugo Schultz, del PAN en Chihuahua y exalcalde del municipio
serrano de Chínipas, ha sido condenado a ocho años de prisión por
auxiliar a los autores materiales e intelectuales del homicidio.

La Universidad Iberoamericana, las Naciones Unidas, las embajadas de
Francia y Suiza, la AFP y Reporteros Sin Fronteras patrocinan el
Premio Breach/Valdez, con el que pretenden visibilizar los asesinatos
de periodistas perpetrados en México por asesinos fantasmales.
Pretenden que las autoridades gubernamentales pongan más entusiasmo en
la investigación, persecución y castigo de los asesinos.

Este jueves 27 de enero, cinco días después del más reciente
asesinato, el de María de Lourdes Maldonado López, la oficina de la
ONU en México organizó una conferencia de prensa virtual para, entre
todos los patrocinadores, dar a conocer la convocatoria al galardón
para periodistas que hayan realizado un trabajo en defensa de los
derechos humanos, durante el año de 2020 y 2021.

El Premio está dirigido a periodistas residentes en México y
galardonará los dos mejores trabajos periodísticos sobre derechos
humanos realizados durante los años 2020 y 2021.

El objetivo del Premio es reconocer la carrera de periodistas que en
México se han destacado en la investigación y difusión de temáticas de
los derechos humanos.

A través de este Premio, los convocantes reiteran su apoyo y
reconocimiento a la labor de las y los periodistas que, de manera
cotidiana, enfrentan todo tipo de riesgos, desde campañas de
descrédito, amenazas, hasta desapariciones y asesinatos, y que además
trabajan en condiciones de vulnerabilidad que han sido exacerbadas
durante la pandemia.

Muy loable el esfuerzo de los patrocinadores de premios de periodismo,
animan a periodistas noveles a seguir esforzándose en practicar un
periodismo verdadero, que privilegie la información verificada y que,
sobre todo, dé voz a quienes no la tienen, frente a los poderes de
este mundo, el político y el económico, particularmente, y a difundir
todo hecho o dicho que sublime la actividad humana.

Hasta ahí. Lo demás no deja de ser buenos deseos, o proyectos para
justificar presupuestos de gasto.

O si se quiere premiar, que se premie al agente, o agentes, de
investigación del Ministerio Público que primero encuentre, porque lo
busca, al asesino o a los asesinos de los periodistas, uno por uno.
Esto sí sería un buen impulso en la lucha por acabar – idealismo puro
– con las agresiones fatales contra mujeres y hombres dedicados a un
periodismo verdadero que denuncia injusticias, corrupción,
complicidades entre otras perversidades la delincuencia.

Los gobiernos también tendrían que ser premiados o castigados (aunque
es su obligación), por su rol en la lucha por la defensa de los
derechos de los periodistas – tendría que hablar también por los
derechos de la población en general (un policía que maltrata a una
indígena paupérrima, que vende chicles, a la entrada de una estación
del metro, es un policía violador imperdonable de los derechos humanos
de esa mujer. Y merece un correctivo.)

Bien, de todos modos, por el esfuerzo de los organizadores del Premio
Breach/Valdez. De alguna manera el premio crea conciencia, entre
periodistas, entre los políticos decentes y quizá también entre los
indecentes. Pero es que los asesinos actúan por reacción. Son tan
brutos que, en lugar de responder, reaccionan. Como los seres
irracionales. Y no estando conscientes, no les gusta lo que publica el
reportero y reaccionan: ¡Liquídalo! ¡Desaparécela!

No amigos. Es un gran deseo que todos respetemos los derechos de los
demás. Pero los criminales no se respetan ni a sí mismos.

Pero es loable la acción de Naciones Unidas, de los embajadores, de
las organizaciones, de la UIA. Más no se engañen. Mi trabajo de
periodista, de alguien que hace pública la soterrada realidad de la
corrupción, de la criminalidad, de darle voz a quienes no la tienen,
ya está premiado. Me gano un salario, justo o injusto, por ello. Y la
profunda satisfacción de que lo lea alguien. Un solo lector. Un solo
violador de los derechos humanos. Y tengo que plantear la pregunta:
¿Dar un premio a las víctimas o a las posibles víctimas no es un
premio a una conciencia que se siente culpable por omisión?

Crédito de imagen: ONU México

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