Antonio Orozco Michel, el día que homenajearon a un exguerrillero en Los Pinos

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Alberto Osorio

17 de septiembre de 2022.- Vestido con camisa blanca y pantalón color caqui, Antonio Orozco Michel calza zapatos negros y en cada paso parece que arrastra todos sus sueños y todos sus años. Hoy su caminar es lento, seguro pocos podrían imaginarse que tras de esa figura vive “Michel”, un exguerrillero militante de la liga 23 de septiembre que hostigaba al estado en la década de los setentas, en una idea de buscar un país más justo.

El domingo 11 de septiembre de 2022, “Michel” acude al encuentro con su propia historia, avanza hacia el micrófono en medio de aplausos, después de que el maestro de ceremonias anuncia su presencia, en el Centro Cultural Los Pinos que por primera vez abre sus puertas para homenajear a un exguerrillero, en ese edificio. Antonio seguro lleva más de 72 años encima y va lleno de orgullo de haber pertenecido a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Es el momento en que acude a recibir el premio “Carlos Montemayor”, en la ciudad de México.

Parece que sobre sus hombros carga todos sus recuerdos, en el discurso que lleva preparado, aparece en primer lugar la cita a sus muertos y dice presente por ellos. La voz se le entrecorta cuando habla de sus compañeros que murieron en la guerra de guerrillas o que desaparecieron en la llamada guerra sucia de los años setentas.

Al momento de hacer uso de la palabra Antonio Orozco Michel recuerda: “Reconocemos a los compañeros y compañeras que resistieron la cárcel, la humillación y mantienen sus principios rebeldes en su lucha contra un régimen autoritario y sus sueños por lograr un México con justicia y dignidad, algunas de esas personas están aquí, otras nos acompañan desde algún lugar del universo, para ellas un fuerte abrazo”.

Tras sus palabras hay emociones encontradas y prevalece una serie de anécdotas tal como lo describe el propio Antonio Orozco Michel, aquí en Partidero citamos sólo parte de una de ellas, la fuga del Penal de Oblatos:

Todo formaba parte de un operativo perfectamente planeado para lograr la fuga de un grupo de exguerrileros del Penal de Oblatos, un presidio ubicado en la parte oriente de Guadalajara. El cronograma marcaba que a las 10:30 horas, del 22 de enero de 1976, un grupo de subversivos (como les llamaba el gobierno) escaparía de esa cárcel  en donde se encontraban recluidos integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FRAP) y de la Unión del Pueblo.

En los diarios de la ciudad Ferreterías Calzada anunciaba la nueva sucursal que a su vez era la novena y que abría sus puertas en el centro comercial Plaza Patria, ubicado a un costado de la avenida Manuel Ávila Camacho, en los límites entre Zapopan y Guadalajara. En los anuncios de la prensa la empresa Acuario ofrecía el galón de 4 litros de pintura vinílica a un precio de 35 pesos.

La mañana del jueves 22 de enero, los reos estaban a punto de llevar a cabo una acción que según el periodista Hermenegildo Holguín, era una historia digna de película.

¿Quién lo podría pensar que para la fuga los presos en cuestión tuvieron todo el tiempo del mundo para la elaboración de un plan que incluía el uso de cuerdas hechas de estambre?, rudimentarias lianas que sirvieron para en gran escape y que ayudarían a los presos a descender muros de más de 5 metros de altura, según las crónicas del momento.

Además, la acción de esa evasión fue respalda por comandos armados que atacaron desde el exterior -ese penal- y provocaron una falla en el suministro de energía eléctrica en las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad, en El Álamo, por el rumbo de Tlaquepaque. Un día después de la fuga, el periódico El Informador publicó en su edición del 23 de enero: “Tres policías muertos en la fuga de seis peligrosos reos”, decía el rotativo.

Y sí, en efecto, en las imágenes del diario se veían las sogas de estambre usadas por los prófugos, y ahí estaba la fotografía de Antonio Orozco Michel, conocido como “Michel”, de Enrique Pérez Mora, alias “El Tenebras”, de Mario Cartagena López y de José Natividad Villela.

Antonio Orozco Michel se dio tiempo para escribir sus vivencias en el libro La fuga de Oblatos, publicado por la editorial La Casa del Mago, empresa a cargo Hermenegildo Holguín Reza, un excorresponsal de la revista Proceso. El 7 de mayo de 2021 el propio Hermenegildo recordó la primera edición de ese libro. Entonces dijo que a Antonio Orozco Michel:

Le tocaron los años más duros de la guerrilla mexicana y luego tuvo que aceptar una nueva época de su vida y “se insertó en la vida pública de los movimientos sociales y populares de varios estados de la República, más tarde llegó a la ciudad de Guadalajara y aquí no fue la excepción. Desde entonces a la fecha sigue en pie de lucha, contra viento y marea. De manera que su vida ha sido entregada completamente a la lucha por un mejor mundo”.

Contrario a lo que cualquier persona pudiera pensar de Antonio Orozco Michel, el hombre citado como un peligroso enemigo del estado, en los setentas, que hoy vive en forma modesta de la venta de verduras en un lugar perdido de la ciudad de Guadalajara.

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