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Libros y archivos: rescate y memoria

Durruty Jesús de Alba Martínez

Dentro de este panorama, la novedad para ocupar el tiempo de ocio fue la lectura, esta práctica, antaño reservada a los hombres letrados, contó con el creciente interés de niños y mujeres, quienes de manera individual o en grupos familiares, se acercaron principalmente a la literatura de ficción.
Arturo Camacho Becerra, Libros de Alacena, El Colegio de Jalisco, Zapopan (2007), pp. 9-11
El año celebratorio del libro en la ciudad de Guadalajara nos habilita para comentar algunas experiencias sobre aquellos espacios donde como sociedad resguardamos no únicamente libros, para decirlo con los términos técnicos pertinentes, “unidades de información” y demás materiales con los cuales la humanidad conserva y transmite su conocimiento, entonces también podemos considerar los archivos públicos y privados en cuyos acervos podemos rastrear origen y evolución de los temas que nos interesen.
Entre las inimaginables diversificaciones alcanzadas por los estudiosos de la cultura escrita -libros, manuscritos similares y conexos incluidos- un tema ya algo estudiado en nuestra región es el de la circulación y comercio de los libros tanto como la conformación y diseminación de bibliotecas y colecciones bibliográficas, así el estimado doctor Arturo Camacho en su investigación plasmada en el disfrutable, en más de un sentido, ejemplar titulado Libros de Alacena (El Colegio de Jalisco, 2007) nos presenta catálogos de libros poseídos y leídos en la Guadalajara decimonónica, con ilustraciones de grabados y portadas donde, por ejemplo, apreciamos una imagen tomada de El arco iris mexicano (1844) donde está representada la trágica pareja de Eloísa y Abelardo, arquetipo de la relación sustentada en el conocimiento, sobre la cual el director Clive Donner nos ofrece la película Stealing Heaven (1988)


(Foto: D.J. de Alba M.)

(https://www.imdb.com/title/tt0096170/) donde los papeles principales están a cargo de Derek de Lint como Pedro Abelardo (1079-1142) y Kim Thomson como Héloïse (circa 1092-1164).
En el primer catálogo correspondiente a los libros en venta en el “portal de Quintanar Núm. 5” de las materias que nos interesan resaltan el Compendio de Matemáticas de Vallejo, que por cierto era tema de examen para los seminaristas de Guadalajara que pretendieran acreditar la cátedra correspondiente; también se listan unos catecismos de geometría y astronomía sobre los cuales no hay mas información y unos Elementos de Astronomía sobre cuyo autor no hay mayores datos, pero pudiéramos aventurar por el título que pudiera tratarse de la obra del presbítero Jesús Torres, de la Arquidiócesis de Guadalajara, título del cual pude rematriar (siguiendo el concepto acuñado por el docto doctor Luis González y González) desde Hidalgo un ejemplar que perteneció al médico Salvador Quevedo y Zubieta (1859-1935) sobre quien nos informa la Enciclopedia histórica y biográfica de la Universidad de Guadalajara que “A la par de sus actividades profesionales y diplomáticas se dedicó a la producción literaria” (ver http://enciclopedia.udg.mx/articulos/quevedo-y-zubieta-salvador), lo cual nos lleva a colegir que en el siglo XIX todavía el conocimiento astronómico tenía cierta presencia en la sociedad tapatía.
En ese catálogo también aparece el Curso de Física de Biot, del que se menciona son dos tomos, entonces las posibilidades de identificación del título caen en el Traité de physique expérimentale et mathématique (1816) o el Précis élémentaire de physique expérimentale (1818). El segundo catálogo corresponde a los títulos disponibles a la venta “en la casa de la viuda de Gutiérrez e hijos” datado en 1851, donde resaltamos la Lecciones de Astronomía de Domènec Francesc Joan Aragó (1786-1853) que pueden corresponder a las Leçons d’astronomie professées à l’Observatoire royal (1835); aparece también un Lunario perpetuo, del que no hay mayor información más allá de que incluye “unas observaciones, sobre diferentes ramos de Astronomía é Historia natural”, y aquí vienen a mi memoria los lunarios confeccionados por fray Buenaventura Guareña, franciscano que hacia 1808 deja la seráfica orden para pasar al clero secular, y quien dejó su rúbrica en el ejemplar de Copérnico resguardado en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco (BPEJ) “Juan José Arreola” (ver https://www.riudg.udg.mx/www/copernico_CD/copernico.htm), pero de cuyas obras no hemos encontrado ningún ejemplar, no sabemos si el escribir en contra de Hidalgo haya influenciado en ello.

“Rescate del Archivo Histórico de El Colegio de Jalisco…”(Foto: D.J. de Alba M.)

Entre las actividades a las que hemos asistido a propósito de la capitalidad mundial del libro podemos mencionar el “5º Coloquio Internacional. Difusión y preservación de fondos antiguos”, celebrado en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola” donde en un trabajo presentado por personal de El Colegio de Jalisco (https://www.coljal.mx/) se relataba el rescate de su archivo histórico, en cuyo proceso notaron la falta de documentación del período correspondiente al primer presidente de dicha institución, material que finalmente localizaron en condiciones no apropiadas para su preservación, así se evidenció la inquina de uno de sus presidentes, quien se vanagloria de haber rescatado de “el kilo” el acervo de uno de los archivos históricos del estado.

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