Carretada de candiditos

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Juan M. Negrete

Seguramente que el titular del ejecutivo federal, el señor AMLO, buscó alguna salida hilarante para distender la presión generada la semana anterior por razón de la discusión en las cámaras en torno a la prolongación de la presencia de la fuerza militar en las calles del país. Y vaya que lo logró. Si algún elemento de jolgorio hay en nuestra realidad política tan histriónica es éste de la suspirancia al máximo puesto de poder. Conociendo tales formatos de acción, el señor AMLO, que se ha pasado toda su vida hurgando en tales menesteres, tenía que atinar el lanzamiento. Y lo hizo.
Sería infantil pensar que el grueso de la población tome en serio esta selección de tapados, como para ponerse en serio a discriminar y buscar la mejor opción de tal mercancía, para posicionarla en el mercado electorero. Cuando los responsables de trabajos serios de sondeo buscan elaborar comparativos entre opciones, lanzan este tipo de ringlas. Pero las limitan a cinco o seis opciones. A veces se reborujan unas cuantas más. Pero nunca se ve que cuelguen más de diez figurines para la disección del muestreo. Así que eso de abrir un listado de 43 suspirantes tuvo tufo de chunga desde el principio y no habría que darle más cuerda. Esto se dice, visto desde la perspectiva de un trabajo de encuesta serio y responsable. Pero es obvio que no es el caso.
Algunos de los involucrados en esta lista hilarante fueron alcanzados por los medios con la intención de tomarles el pulso. Hubo de todo en estas consultas, como debía ser. Dante Delgado, por ejemplo, el franquiciario mayor del llamado Movimiento Ciudadano, espetó al reportero: No le hagan caso. Y siguió su camino, desairando al respetable. En cambio el senador panista, Madero, y la señora Xóchitl Gálvez, pasaron saliva y buscaron elementos y argumentos para descalificar de entrada la propuesta del Peje, como si éste la hubiese lanzado en serio.
Otros de ellos, haciendo a un lado el interés del público por conocer su postura ante tal inclusión, cuestionaron al autor y le demandaron que mejor se dedique a lo que le dicta la agenda de la atención de los más graves conflictos con que andamos navegando los ciudadanos. Es decir, que hubo de todo, como en botica. O como también se dice, hubo para dar y prestar. Es un capítulo de risa loca, que no tiene más fondo que entretener al respetable y lo mejor de todo sería darle vuelta a la hoja y continuar suspensos de lo que cada día que pasa nos trae a la mesa de la confrontación civil, de lo que sí no tenemos ni visos ni puntas, como para hallarle su cura.
Empero conviene escudriñarle un poco a este listado, aunque digamos que no haya que tomarlo con seriedad. AMLO, que no es ningún improvisado en estos menjurjes de la grilla nacional, no realizó esta colección sólo con intención lúdica. Metió a la danza a lo más connotado de personajes que se esfuerza por resaltar del bloque opositor, abiertos o encubiertos. La mayoría de ellos pertenece a los listados de los partidos en permanente lisa. Tenía que aparecer gente del PRIANRD, alianza que no se ha disuelto, aunque muchos piensen que con la defección de Alito, en la cuestión de la discusión de permanencia en las calles del ejército, voló hecha trizas por los aires.
Esa tal alianza no está disuelta, aunque los que la manipulan jueguen luego pichadas con trampas y vericuetos, para lo que no tienen par. Por ejemplo, en el senado el PRD tiene sólo tres escaños. De los tres, dos votaron a favor de la propuesta de Morena, o sea, cambiaron de bando. Pero después de consumado el chaquetazo, mandan a Mancera a decir que la alianza maltrecha de la oposición puede seguir contando con ellos. Con esos amigos, dice el refrán, ¿para qué quieren enemigos? Chucho Zambrano puede ya irse a dormir o borrarse del mapa político, pues ya no tiene nada que hacer por ahí. Del PRI hay que decir que fue la fracción que surtió de los votos necesarios en las cámaras para que la iniciativa saliera adelante. No sólo levantaron el dedo, sino que hasta redactaron la iniciativa y propusieron algunas enmiendas para darle cariz de estudiada y no más improvisada y darle curso.
Pero entonces, se impone la pregunta obligada de si en el 2024 van a jugar juntos o no. Es la panorámica que nos obliga a escarmenear las ligas de los opositores a Morena y entender si va a haber, de la oposición, una o varias opciones para enfrentar al ahora partido en el poder y sus aliados. Este redactor no es profeta, pero otea de alguna manera la forma de actuar que tienen y despliegan tanto los títeres políticos como sus manipuladores a la hora de convocar a las masas a las urnas. De analizar esta experiencia se colige que cometerían un suicidio anunciado si se fueran dispersos, abanderando cada uno la franquicia sola de sus siglas.
Se entienda la curva de siete nudos que les envió el bueno de AMLO, con el ánimo de que abanicaran y se poncharan solos. En la cuestión del mero manejo de siglas, por ejemplo, uno de los capos no tan encubiertos de esta oposición, descontinuó a la denominación ‘Va por México’, y propuso que ahora se llamarían mejor: Unid@s. Casi cada año han elevado este tipo de modificaciones. Pero con la de hoy de plano les salió vana, pues ya está registrada en los libros actuariales del INE y asociados. Van a tener que buscar otro nombrecito. Así de despistados y mareados les ve el culto público, cada vez más extraviados. ¿Seguirán juntos? Es lo más probable. Aunque el objetivo que persiguen apunta a estarles cada vez más cuesta arriba.

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