Carta del lector

Carta del lector

Más comentarios al tema del miniglosario de conceptos teístas:

Necesarias precisiones:

Voy a meter mi cuchara acerca de este interesante tema de la terminología en torno a la trascendencia. Mi opinión es que toda determinación conceptual, es decir, todo concepto que se verbaliza implica un “modo” de ver las cosas. En otras palabras, siempre es una cultura la que origina el concepto y su verbalización.  Desde ese origen vienen luego los derivados.

La palabra de origen y cultura griegos “teo” (teos), es, por ende, anterior a sus extensiones. Por lo que coincido con Armando Martínez en que la negación del teísmo con el prefijo “a”, es una significación en la misma lógica de la palabra inicial. Esto no me parece una bizantinada, sino algo de suma importancia. El lenguaje sin su propia cultura es aire que vibra sin sentido. Pero si el escucha de un lenguaje de otra cultura encapsula en o “traduce” a su propio lenguaje lo que escucha, entonces no hay empatía, es decir, no entendió al “otro”, lo “encapsuló” en su propia lógica y significación.

Y si esto se hace por la fuerza, el significado lo impone el más fuerte con su lógica. Eso no es diálogo, es “conquista”. Nosotros, los mestizos que nos autodenominamos “mexicanos”, (y que en el sentido original de la palabra no lo somos porque no hablamos náhuatl) estamos lejos de entender a las culturas originarias de este territorio que llamamos “México”, cuando decimos, por ejemplo, los “dioses” aztecas o mayas, etc.

Esas palabras “dios” o “divinidades” o “politeístas”, están muy lejos de significar la cosmovisión de las culturas originarias. ¿Como dice Guillermo Bonfil Batalla en su conocido libro Historia, ¿para qué?: las historias de estas culturas son “Historias que no son todavía historia”.

Lo que hicieron, pues, los españoles y demás europeos en América (esta misma palabra lo delata) y que continuamos haciendo los mestizos, se llama ” imposición” o “conquista”. Buscamos a toda costa “cristianizar”, “civilizar”, “integrar”, “pulverizar “, ” culturizar”, “castellanizar” a los pueblos originarios. Hay resistencia, y como muestra está la “epistemología del sur” y una serie de organizaciones defensoras de estas culturas.

No me salí del tema: ¿Quetzalcóatl… es un “Dios”?…

José Luis Pardo Ruiz

Comentario a la parrafada de José Luis Pardo:

Gusto de sus intervenciones y polémicas acerca de una opinión o un artículo. Esta frase de Pardo me lo parece genial, metafórica y hasta poética: “El lenguaje sin su propia cultura es aire que vibra sin sentido”

Saludos…

Arcelia Urzúa Estrada

Una precisión a las precisiones de José Luis Pardo:

Todo debate en torno a la entidad que denominamos divinidad es más que complejo. Uno de sus pliegues descuidados, o soterrados más bien, tiene que ver con ese piélago de comportamiento tan diverso de los pueblos, a los que denominamos cultura. Y es lo que señala en su análisis don José Luis. Pero no es el único flanco que debe revisarse, por supuesto. Hay otros mantos freáticos de los pueblos a los que denominamos cosmovisión, por ejemplo, que viven soterrados en esas manifestaciones culturales y por las que normalmente se dejan pasar desapercibidas, aunque no se vivan los violentos procesos de imposiciones o conquistas. Más poderosa aún viene a ser su praxis metabólica con su realidad circundante, que es lo que define a fin de cuentas a toda cultura. No atender estos aspectos esenciales lanza al analista a las ramas de la fronda intelectual y nunca desciende de ella.

Bertrand Russell, en algunos de sus ensayos más lúcidos sobre esta temática (son de referirse su Por qué no soy cristiano y el de Lo que creo, sin que agotemos el listado), establece la distinción tan notoria que brota en las posiciones de un intelecto que desembarca en el ateísmo, cuando su formación originaria proviene del teísmo maniqueo, al del que proviene del gnosticismo, que también profesa el teísmo. Y más honda – señala – termina siendo esta diferenciación si los puntos originales de su perspectiva sobre la realidad fueron panteístas o politeas. Son sólo unos cuantos aspectos que habría que dilucidar de fondo, para entrar a una discusión en serio sobre los teísmos, que por fortuna ya no acaparan la atención de las mentes más ilustres de nuestro mundo actual.

Juan M. Negrete

Comentario a la colaboración ‘poesía sin ombligo’:

Don Amado, no soy poeta ni conocedor de esa disciplina tan cruda y volátil, pero coincido contigo en que para mí lo que leo en revistas y libros está retacado de juego de palabras bonitas que no me dicen nada, aunque dé rienda suelta a la imaginación. A lo mejor estoy incapacitado para dilucidar las metáforas. A mí me gustan las poesías que cuenten historias. Y no me refiero a poesía militante qué tampoco digiero. Hay poetas que me deslumbran. Son poquitos, pero mis consentidos; porque me permite tener un diálogo con sus palabras.

Armando Martínez Moya

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