Reflexiones a la colaboración “Miradas”, de Josefina Reyes
Yo creo que no se le hace justicia a San Agustín al considerarlo como un satanizador de la mirada. En las lecturas que he hecho de él yo veo todo lo contrario. Para este filósofo, promotor del conocimiento como iluminación, el conocimiento consiste en una relación entre la luz, el objeto iluminado y el ojo receptor. Como lo que dice Foucault en su obra “El nacimiento de la clínica“, dice que el conocimiento en la medicina se cientifica “cuando se unen la mirada y la palabra”, es decir, en la clínica. No sé si esa definición de “ciencia” la tomó de San Agustín, porque es precisamente el concepto de ciencia que maneja San Agustín.
En la obra de “Los soliloquios“, por ejemplo, es más que evidente esta concepción del conocimiento científico, que lo aplica no sólo a las ciencias físicas, sino a las ciencias formales o geométrico matemáticas, como se les dice ahora. Para explicar este último conocimiento de los objetos formales, o de números y figuras geométricas, toma analógicamente el campo de la física y dice que, así como para conocer los objetos físicos requerimos de la luz del sol que ilumine los objetos y de los ojos, igualmente para conocer los objetos inmateriales requerimos de una luz, de un Sol y de ojos inmateriales o espirituales.
Compara, pues, a Dios con el sol, a las formas numerales y geométricas con los objetos físicos y al alma espiritual con los ojos de nuestro cuerpo. Y en el libro 10 de Las Confesiones dice que la vista es el sentido por excelencia del conocimiento. Como cuando decimos: déjame “ver” si tal objeto está caliente o pesado o rasposo o si tal melodía está bonita o déjame “ver” a qué sabe o a qué huele tal cosa. Para San Agustín, pues, el conocimiento no se da sin “luz” ni sin ojos “sanos” ni sin objetos.
Ahora bien, si para San Agustín la vista es el sentido supremo del conocimiento, también lo será del pecado cuando el científico orgulloso y vanidoso cree que sus conocimientos del mundo físico son la verdad absoluta y no capta que sus conocimientos son sólo verdades temporales y pierde de vista que la Verdad Absoluta es inasequible e imposible de captar por la mirada material, porque esa Verdad Absoluta y Eterna es Dios. Tal vez San Agustín se inspiró en San Pablo para ver así las cosas. Foucault en su “Hermenéutica del sujeto” se refiere a ese pasaje bíblico de San Pablo y dice que ha sido mal interpretado al sostenerse la idea de que ese texto de Pablo es “obscurantista ” y elogia la ignorancia.
En fin, ese es mi parecer acerca de San Agustín y el concepto de la mirada. Saludos.
José Luis Pardo Ruiz
Otro comentario a Miradas, de Josefina Reyes:
Original y sugerente, sencillo y para reflexionar, sin buscarle tres pies al gato. Bello texto el de la mirada. Claro, hay mil puntos de vista sobre este tema común y recurrente, pero tan necesario. Gracias a la autora.
Armando Martínez Moya
Reflexión sobre Canciones espaciales, de Josefina Reyes
Respecto al excelente texto de Josefina Reyes, sobre los films vinculados al rock, recordé y para reconfortar nuestro optimismo nacionalista, la película “Gravedad” de González Iñarritu. Se desprende de los formatos tecnicistas y de virtualidad plástica para hacer un relato intimista y conmovedor sobre la solidaridad humana de un astronauta que da su vida por su compañera. Tantas películas gringas sobre el espacio y ninguna palpita sobre el sentido profundo de la vida como ésta.
Otra película mexicana, made in USA, sobre el espacio sideral es: “A millones de kms.“. Versa sobre un hijo de inmigrantes mexicanos que logra que la NASA lo seleccione para ir al espacio. Basada en un hecho real, esta película explora también los cimientos del espíritu humano y social para mostrar que los migrantes no son entes de tercera clase, sino seres humanos más valientes y pensantes que lo que creen los seguidores de Trump
Armando Martínez Moya
Comentario a Fragmento de Rapsodias de Anáhuac, de Gabriel Michel
Muy bello e interesante esta especie de paráfrasis sobre el pensamiento náhuatl (supongo). Los signos sobre esta narrativa, que se van encontrando, representan una interpretación del mundo simbólico y material. Sería interesante que el autor inserte una presentación de este texto, y nos guíe sobre aquellos elementos más significativos que caracterizaron a esa civilización. El texto es un método muy original de recreación de un mundo que aún vive y resiste, a pesar del tiempo, a través de la voz del autor
Armando Martínez Moya
Sobre el cuento: El seminarista David, de Mel Toro
Esas historias de seducción apenas visibles, donde todo es en tono sugerente y las palabras hacen su papel de ensoñación, son las que me gustan. A veces, en toda la trama no hay siquiera una leve caricia, acaso alguna mirada furtiva. Bien por Mel Toro por mantenernos en suspenso. Esperamos el desenlace de esta emocionante serie.
Armando Martínez Moya
Otro comentario sobre el mismo cuento:
¡Muy bonito el cuento! ¡Espero su continuación! ¡¡¡Muchas gracias!!!
Mirta Carrasco
Y otro más:
Gracias a Mel Toro. Es un cuento que me suena familiar.
José Luis Pardo Ruiz