Chango viejo no aprende maroma nueva

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Este jueves pasado, el exgobernador Aristóteles Sandoval Díaz reunió a varios priistas cercanos a él y que lo acompañaron durante su paso por Casa Jalisco. Los invitados a la tertulia político-electoral con miras a las urnas en 2021 escucharon con atención la presentación en sociedad de la corriente priista llamada “Identidad”.

Entre los escuchas se miraron a los ex secretarios de Gobierno, Roberto López Lara; de Educación, Francisco Ayón López; de Desarrollo e Integración Social, Miguel Castro Reynoso; de Cultura Miryam Vachez; de Movilidad, Mauricio Gudiño; y de Desarrollo e Integración Social, Salvador Rizo Castelo. Además, estuvieron la diputada local, Sofía García Mosqueda y Leonel Sandoval, padre de Aristóteles y ex magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJE).

La esencia de la reunión, así como la construcción de la corriente política en cuestión es impulsar nuevas ideas que den una cara diferente al Partido Revolucionario Institucional, según comentó el ex mandatario estatal. Todo con la mira puesta en el porvenir, de ahí su eslogan: “Pensemos el futuro”. Como resulta común en estas nuevas corrientes dentro de los institutos políticos, se aseguró que todas las voces serán incluidas, sobre todo las jóvenes, aunque esas voces el jueves pasado brillaron por su ausencia. Incluso, se afirmó a los concurrentes que muchos de ellos regresarán a competir y a ganar muchos puestos de elección popular en la próxima elección.

 

“Aquí caben todos los que con el corazón y la mente están pensando en renovarse y no seguir las estructuras rígidas, viejas y anquilosadas”, fue la afirmación de Sandoval Díaz. No obstante, la plana mayor de los invitados, muestran características políticas diferentes a las ofrecidas por el ex gobernador. Si bien, Sandoval Díaz reconoció que la ciudadanía le dio la espalda al PRI por la falta de nuevas propuestas, los convidados a la reunión son una muestra clara de esas ideas viejas que nada tienen de novedosas, y menos, gozan de credibilidad entre los votantes.

Por ello, llama la atención que Aristóteles eche andar una corriente nueva en el PRI, al que le exige que sea abierto, democrático e inclusivo, porque de lo contrario no tendrá futuro, pero se apoya de viejos cuadros que no necesariamente tienen esas características.

Es evidente que la intención de Aristóteles es sacudir desde adentro al tricolor para llevar agua a su molino. Veremos si sus allegados lo materializan y el PRI lo permite. Tratar de cambiar el viejo partido de Estado ha sido una constante al interior de sus filas desde mediados de los años ochenta del siglo pasado cuando Cuauhtémoc Cárdenas encabezó la Corriente Democrática. El resultado todos lo conocemos, fue imposible transformar al tricolor, y los cardenistas entre otras corrientes, fueron obligados a salir del PRI. Veremos en qué terminan los intentos transformadores de la clase política jalisciense sentada en la mesa con Aristóteles.

Sin duda, el reto para el PRI es “recuperar la confianza” de los electores. Pero con las prácticas políticas que mantienen y las joyas discursivas que se lanzaron tendrán un escenario complicado para conseguirlo: “el tricolor no es un partido corrupto”. Concluyó el ex inquilino de Casa Jalisco, a lo lejos se escucharon algunas risas grabadas.

Lo dicho, chango viejo no aprende maroma nueva. Al tiempo.

 

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