Guadalajara, Jalisco.- Luis Valdivia Ornelas, experto de la Universidad de Guadalajara en geografía y ordenación territorial, consideró que la construcción de la Línea 3 del Sistema de Tren Eléctrico Urbano no tomó en cuenta las características del subsuelo, pues aunque toda obra subterránea se enfrenta a la filtración de agua, en la región existe gran cantidad de mantos freáticos.
“El relleno parece que también les sorprendió…, y toda la infraestructura de tubos, de colectores que no elaboraron una cartografía a detalle que les permitiera saber cómo estaban funcionando las redes hidráulicas en el Centro de la ciudad, se contó con poca información al principio y son un poco las consecuencias”, explicó en entrevista con Partidero TV.
Durante la emisión con los periodistas Alberto Osorio y Esperanza Romero, el especialista indicó que los problemas de filtración de agua intentaron ser resueltos con la obra ya iniciada, y no con anterioridad.
“Parece (que los constructores) no eran muy expertos en el tema geológico e hidrológico”, apuntó.
Valdivia Ornelas rechazó también que las fallas detectadas al poco tiempo de operación deban ser calificadas como “normales”.
Apenas ayer, Tomás de Híjar, cronista de la Arquidiócesis de Guadalajara, alertó por el posible riesgo de colapso de la Catedral de Guadalajara frente a lo ocurrido en el edificio Plaza, donde se ubican el hotel One y locales comerciales, que ya fue desalojado.
El edificio Plaza se encuentra a pocos metros de la Catedral metropolitano, ambos alrededor de la Plaza de Armas.
En entrevista para NTR Guadalajara, el presbítero explicó que el subsuelo donde está ubicado el recinto religioso es de ceniza volcánica, que durante el proceso de edificación se traduce en jal y arena amarilla: “es decir, no hay roca en el subsuelo del Valle de Atemajac, salvo en algunas partes…”, para cimientos firmes.
Y abundó: “la catedral es una península, solo está anclada al sur por la Plaza de Armas”.
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