Por: Raúl de la Cruz
Nada me costaría hablar del novelon que protagonizaron en las Chivas con el cobarde mentiroso de Fernando Gago y su integración al Boca Jr. Ya estaba arreglado desde hace un mes, pero les dio atole con el dedo a todos.
Como tampoco me costaría hablar de los casos de nepotismo que existe en la corrupta Liga de Futbol Mexicana. Es conocido por todos que en esa organización existen cotos de poder que no permiten el ingreso de otras alternativas innovadoras. Están enquistados en cederle el poder a los hijos, aunque no tengan experiencia.
El caso más reciente es el de Alejandro Irarragori que impuso como presidente del Santos a su hijo de apenas 24 años de edad llamado Aleco’ Irarragori. Cabe hacer mención que su padre de ser un simple empleado de una cervecería ahora es uno de los que mandan en la Liga Mexicana. Como tampoco me sorprende la gran cobertura que le dieron a este nombramiento las “Vacas sagradas” del comentario deportivo y los espacios de futbol en TV, radio y Prensa. Hay $$$$$ poderosas razones.
Sin embargo, quiero señalar que no todo es futbol en esta vida existen otras actividades físicas y deportivas que enaltecen el alma y el corazón como la natación en aguas abiertas. La natación en aguas abiertas es un desafío indescriptible porque no sabes la dimensión del panorama que te espera brazada tras brazada. Hay momentos en que las olas se convierten en murallas de silencio donde el vaivén te envuelve en la vorágine de lo desconocido. Nadar en aguas abiertas es una aventura, pero también es un cúmulo de emociones.
Todo lo anterior lo viví intensamente durante el Maratón Acuático TridenteATL que se llevó a cabo el sábado 12 de octubre en la bahía de Rincón de Guayabitos. Un evento que convocó a más de 750 nadadadoras y tritones de todas las edades. Incluso, hasta dos mujeres embarazadas.
Confieso que practico la natación desde la primaria. Por un largo tiempo la dejé por el futbol y el ciclismo estático. No obstante, en alguna ocasión me tocó presenciar una competencia de aguas abiertas en la Laguna encantada de Santa María del Oro. La meta era en un muelle improvisado. Uno a uno salían los atletas. En determinado momento observamos que una muchacha no podía salir.
Nos coordinamos entre seis personas para sacarla, era una mujer de unos 30 años aproximadamente y de unos 150 kilogramos. Alta, robusta que había terminado un recorrido de 3, 500 Km. Todavía se dio tiempo para saltar de alegría y exclamar “lo hice, lo hice”. Nos quedamos impactados.
Mi amigo Beto Ramírez, que en paz descanse, me mira fijamente y me dice: “Raúl, si ella puede, por qué no vas a poder tú”. Seguí su consejo desde el 2017 nado cinco días a la semana y me inscribo a cuanta competencia pueda asistir.
La natación proporciona una serie de beneficios específicos, como una mejor forma cardiovascular y respiratoria, una mayor fuerza y resistencia muscular, una mejora de la masa corporal magra, un menor riesgo de lesiones traumáticas, y una mejora de la salud mental.