Contragolpe | Segundas partes nunca fueron mejores

Por Raúl de la Cruz

Durante la semana se anunció el regreso de Diego Cocca como entrenador de las Margaritas del Atlas, y de inmediato se desbordaron las redes sociales con titulares como “regresa a casa”, “el hijo pródigo” o “vuelve a la madriguera”, entre otras frases. Sin embargo, ¿qué fue del entrenador argentino cuando salió de los rojinegros? Fracaso tras fracaso.

Efectivamente, en la Liga MX se ha vuelto una costumbre premiar a los fracasados o, en su defecto, ser una cueva de ladrones donde se recoge toda la basura que se desecha en otros torneos importantes. El susodicho, después de los rojinegros, se fue a los Tigres, y lo echaron por desleal: tiró al equipo y se fue a la Selección Nacional, donde duró apenas cinco meses. ¡Inaudito!

Del Tricolor se fue con bombo y platillo al futbol español con el Real Valladolid, un equipo de medio pelo para abajo. ¡Fracasó estrepitosamente! Allí estuvo solamente dos meses: perdió siete partidos y ganó uno solo. En España no se andan con medias tintas.

Como tiene un buen promotor, éste lo colocó en el futbol argentino con el Talleres, donde tan solo duró 41 días como entrenador porque lo echaron. ¡Zas! Para fuera. Me dicen que la directiva le negó una serie de contrataciones que quería realizar, motivo por el cual “renunció”.

Bastaron tres meses de inactividad para que, de nuevo, su representante lo colocara con el Atlas. Fracaso tras fracaso, y la noble afición rojinegra lo recibe con los brazos abiertos. Seguramente ya le informaron que el equipo se encuentra en venta por los adeudos que tiene con el SAT el presidente del Grupo Orlegi, Alejandro Irarragorri, de 1,271 millones de pesos. Razón por la cual le giraron una orden de aprehensión por no comparecer en una audiencia. Un juez corrupto le levantó recientemente la orden.

Lo más importante: cuando Cocca dirigió al Atlas bicampeón, habrá que recordar que un allegado a la Comisión de Arbitraje era precisamente del Grupo Orlegi, Iñigo Riestra, razón por la cual fueron sospechosos los arbitrajes en favor de los rojinegros durante la dirección técnica de Cocca. El colmo: hasta un partido ganaron en la mesa contra el América.

Tengo la certeza de que el Atlas tiene una gran afición, pero sobre todo bastante noble y fiel, que no merece el engaño. Durante bastantes años han sido víctimas de embaucadores y de pésimas directivas que llenaron sus cuentas bancarias. Aún recuerdo el caso del jugador brasileño Robert de Pinho, que fue vendido y nadie supo dónde quedaron los millones de dólares de su venta porque nunca entraron a las arcas del equipo.

Casos como esos hay muchos. En alguna ocasión les vendieron un jugador que, en su país de origen, era un humilde lavacoches. Todavía añoran al fracasado Ricardo Antonio La Volpe, que solo vino a dorarles la píldora y nunca ganó nada.

Total, espero que los nuevos dueños vengan con ideas de vanguardia y realicen una auténtica reestructuración, porque los fieles aficionados lo merecen.

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