Covid-19, ¿ansiedad y miedo?

Por la conferencia de prensa de este martes 10 de marzo en la que las autoridades sanitarias del país volvieron a informar que continúan las mismas siete personas contagiadas, pero que hay 37 casos sospechosos de coronavirus, Covid-19, sembraron más sospechas que certezas al aconsejar contra el pánico y la ansiedad cuando se da este tipo de contingencias.

La pregunta que se hace todo mundo es si las autoridades nos están diciendo la verdad sobre lo que sucede aquí en torno al Covid-19, y si en efecto es sólo ese el  número de casos confirmados o si en realidad existen más que por ahora no quieren dar a conocer y se irán desgranando paulatinamente.

¿Por qué habló el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía, de 37 personas sospechosas de contagio y luego dijo que en adelante cada estado de la república dará a conocer los casos que vayan confirmando? ¿Qué nos quiso decir con eso?

Ya muy noche ayer, el gobierno de Puebla informó del primer caso de contagio. Se trata de un alemán que, por cuestiones de trabajo, había estado en Italia.

¿Cuántos más se irán dando a conocer si en mismo Estados Unidos existen ya tantos contagiados y van más de 20 muertos? Y eso que han asignado ya un presupuesto de 8 mil millones de dólares, frente a poco más de dos mil millones de peso que destina el gobierno mexicano. De ese tamaño es la preocupación oficial, allá y acá.

Por eso la gente común y corriente se pregunta si nuestro gobierno tiene la voluntad y está preparado para hacerle frente a la epidemia, cuando sea el caso, si el mismo gobierno, por una austeridad mal aplicada y, tal vez, por alguna aversión a ciertas empresas, ha provocado un gran desabasto de medicinas y equipo médico.

Pero independientemente de eso, ¿las autoridades respectivas están haciendo lo suficiente, lo adecuado, para contener cualquier contagio importado en los pasos internacionales, en puertos y aeropuertos de revisar indistintamente a todo aquel que llegue del extranjero, sea turista o sea mexicano, como sí se está haciendo en otros países?

La tarde de ayer, por ejemplo, arribó, procedente de Roma, un avión de Alitalia en una reanudación de vuelos a la Ciudad de México de esa compañía, y cerca de las 20:00 horas, cuando termina la conferencia de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía no tenía información precisa de si se había detectado o no a algún sospechoso portador del virus. Posteriormente se negó cualquier posibilidad.

La semana pasada, en Cancún, en otro vuelo procedente de Italia, un pasajero de esa nacionalidad entrevistado al salir de la terminal aérea, dijo que no fue sometido a revisión alguna.

Italia ─hay que recordarlo─, junto con Corea del Sur, son los países con mayor número de contagiados y de fallecidos después de China: 631 y 367 decesos, respectivamente, hasta el pasado lunes. El primero está en emergencia nacional y hay cuarentena generalizada, están suspendidos los eventos multitudinarios y prohibido el acceso de turistas a algunos templos y al mismo Vaticano, una medida que se cree extrema pero necesaria para contener los contagios.

En México, afortunadamente no estamos en ese caso, pero sí deben tomarse medidas preventivas antes de que pueda ser demasiado tarde y el virus no pueda contenerse. Las únicas recomendaciones, hasta ahora, es el aseo de manos y el cuidado al estornudar. Nada más.

No hay consejos para cuando alguien pueda tener algún síntoma, como el uso preventivo de tapabocas que, por cierto, son importados y han escaseado.

Está bien que no ocasione alarma alguna, pero tampoco nuestras autoridades deben esperar a que se dé un brote masivo –“dispersión comunitaria”, le llaman oficialmente– para tomar precauciones, como desinfectar medios de transporte público, en este caso aviones y autobuses.

¿Qué mensaje quiso darnos el gobierno federal cuando lanza a la palestra a la secretaria técnica del Consejo de Salud Mental, Lorena Rodríguez Bores, para hablar en la conferencia de prensa nocturna sobre el Covid-19 y de las consecuencias psicológicas que provocan “estas contingencias epidemiológicas que son igual de transmisible, que son el miedo y el pánico o ansiedad, cuando se presenta una amenaza”?

Y en su laptop leyó un rollo sobre la salud mental comunitaria en casos de contingencia como el coronavirus. ¿Sería en prevención de los escenarios dos y tres cuando se presenten centenas o millares de casos?

¿Qué tan lejos estamos de eso y no lo quieren decir porque de este macho no me bajo?

Covid-19

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