La preocupación por la pandemia del Covid-19 y los desafíos en el tema de salud, vienen acompañados también de otro tipo de desafíos que impactan de manera directa en la vida de las mujeres. En estos días de reclusión en casa, las compañeras del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem) han hecho una reflexión profunda de lo que en cada uno de nuestros países está significando la propagación del virus y la manera en que cada gobierno ha ido afrontando la misma.

Una de las conclusiones primeras que se abordaron, es que las soluciones emprendidas no tienen perspectiva de género y no se encuentra diferenciado el impacto que tiene una pandemia de esta naturaleza en la vida y en el cuerpo de las mujeres y, por tanto, en el resto de la sociedad. La compañera Liyana Pavón, de República Dominicana, realizó el siguiente análisis sobre los desafíos de género que se están exacerbando con el Covid-19.

1. El cierre masivo de colegios afecta principalmente a las mujeres que tienen la responsabilidad del cuidado de las niñas y niños.
2. Los servicios fuertemente feminizados como el cuidado de menores, labor doméstica, peluquerías entre otras, son los más afectadas, ya que no se puede hacer trabajo a distancia.
3. El área de salud está conformada en su mayoría por mujeres (70% a nivel global) y están en la primera línea de la lucha contra el Covid-19.
4. La mayor parte de las labores de cuidado remunerado y no remunerado de adultos mayores, son realizadas por mujeres. Por lo que están en mayor riesgo de enfermarse y detener sus propios trabajos remunerados.
5. Las mujeres presentan mayor informalidad laboral que los hombres y en estas condiciones carecen de protección social, lo que las lleva situarse en el riesgo y vulnerabilidad.
6. Las mujeres víctimas de violencia doméstica quedan aisladas y encerradas con sus perpetradores, lo que aumenta los riesgos de agresiones y feminicidio.

En el ámbito local, la Red Feminista G 10 X Jalisco también reflexiona sobre esta situación y hace un llamado al gobierno del estado, al empresariado, a quienes ejercen posiciones de liderazgo y  a quienes tienen posibilidad de brindar apoyo a ser solidarios con quienes, por cuestiones de desigualdad estructural y de precarización, no pueden guardar la cuarentena, al no contar con reservas o ahorros que les permitan dejar de trabajar, porque viven al día. Especialmente con las mujeres quienes realizan el triple trabajo de cuidados no remunerados en comparación con los hombres.

Señalan  también que la ocupación informal de las mujeres es superior a la de los hombres en todo el país,  representando un 57%  y, particularmente en Jalisco, el 52.9% de las mujeres que producen lo hacen en el sector informal, por lo que no cuentan con ingresos fijos y  no tienen acceso a prestaciones laborales de seguridad social ni a servicio médico para ellas y sus familias.

Otro punto es que en tiempos de crisis y recesión económica,  derivado de estereotipos de género,  son precisamente las mujeres quienes sufren el mayor número de  despidos, sin considerar que un gran  número de mujeres son la única  fuente de ingresos en hogares monoparentales. En ese sentido, G 10 X Jalisco hace un llamado a los sectores industrial,  empresarial, de  comercio y de servicios, a  las organizaciones cupulares de Jalisco, Coparmex, Canaco, Comce, CCIJ y Consejo  Agropecuario, entre otras, para que se tengan consideraciones, se realicen acciones afirmativas y se implementen políticas institucionales dirigidas especialmente a mujeres jefas de familia, con el fin de evitar que ante el temor de perder su única fuente de ingresos, asistan a sus labores exponiéndose a sí mismas y a sus familias al contagio.

Finalmente, en el marco del Plan Emergente de Protección al Empleo y al Ingreso de las Personas ante el Covid-19, exhortan al gobierno de Jalisco para que las reglas de operación se realicen con perspectiva de género y  se coloquen  las necesidades y el liderazgo de las mujeres en el centro de las decisiones y la asignación del presupuesto, que los lineamientos sean claros y que los montos se destinen en paridad, para mantener las fuentes de empleo y el sustento de las mujeres y sus familias.

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