Covid, ISSSTE Zapopan un “hoyo negro”

Por Amparo Reyes

12 de enero 2022.- La tercera ola de Covid en Jalisco, para México la cuarta ola, rebasa ya la atención en las instituciones públicas de salud, donde hay algunas que ni personal ni equipo para atención primaria tienen.

Martes 11 de enero, el hospital “Valentín Gómez Farías” se convierte en un “hoyo negro”. Ahí nadie responde a pacientes que llegan con síntomas de Covid y al final de la jornada, se encuentran a un guardia de seguridad dormido.

Entre 3:00 de la tarde y 9:00 de la noche los afectados se arremolinan, buscan respuestas y sólo terminan por darse cuenta de que no tienen alternativa para que les diagnostiquen, o les puedan confirman que dieron positivo. Ahí parece Imposible obtener la incapacidad que requieren presentar en sus trabajos.

Entre los afectados por la falta de atención hay maestras, empleados del servicio público y otros burócratas. Las quejosas que mejor suerte han tenido con alguna respuesta, ya les dijeron que sus pruebas de antígeno para Covid, por las que pagaron entre 400 y mil pesos en el servicio privado, o incluso las pruebas realizadas por el sistema Radar Jalisco, valen nada ante el protocolo que impera en el Instituto de Seguridad Social, para los trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE).

Las horas se acumulan y la tarde se convierte en noche, sin nadie que explique a los pacientes que no serán atendidos o que busquen otras opciones.

En un acto desesperado, los afectados buscan a los medios y las imágenes y los testimonios empiezan a llegar a la redacción de Partidero.com.

Una foto del área de atención a enfermos Covid, da cuenta de que ninguna persona atiende, ni siquiera para dar información, los escritorios están vacíos.

 

Una profesora se dice angustiada por el padecimiento y porque no encuentra la manera de promover su incapacidad para entregar o mandar a su centro de trabajo.

Ella misma ofrece su testimonio: “Estamos aquí varias personas, en el área de Urgencias de Covid, del hospital ‘Valentín Gómez Farías’ en Zapopan, no hay médicos, no hay nadie en la recepción. No es que el personal médico no este atendiendo, es que no hay nadie ni siquiera para que nos seleccionen y saber si somos candidatos a prueba de Covid o se trata de una infección de garganta”.

07:30 de la noche, la escena de recepción de área Covid parece imagen de una película grotesca y de la realidad mexicana. Un escritorio con computadora de oficina, algunos aparatos que seguro que si funcionan, pero que ahora no sirven de nada. En el extremo izquierdo de la foto, un tambo de oxigeno de color verde con una pequeña capucha, asemeja el cuerpo de una persona que atiende, pero se trata solo de un recipiente frío que parece burlarse de los enfermos.

El colmo para todos los pacientes ocurre cuando al filo de las 11:43 de la noche, cuando uno de los responsables de la vigilancia privada del ISSSTE se acomoda en forma “no estoy” y sin importarle la posibilidad de ser fotografiado decide echar su siesta, y lo peor es que quizás ese hombre tenga toda la razón, a él sólo le pagan por vigilar en un lugar en donde a nadie le importa atender.

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