Guadalajara, Jalisco. En las últimas décadas, la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) ha experimentado un crecimiento urbano explosivo que no solo ha transformado su territorio, sino que ha profundizado problemáticas ambientales y de infraestructura. Así lo documentan Carlos Riojas y Alejandro Arjona, investigadores del CUCEA de la Universidad de Guadalajara, en su reciente artículo académico publicado en Estudios 153.
Una mancha urbana que no se detiene
De acuerdo con los autores, la superficie urbana de Guadalajara pasó de 10 km² en 1865 a más de 1,260 km² proyectados para 2045, un crecimiento equivalente a 88 veces su tamaño original. Los municipios de Tlajomulco, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá lideran la expansión metropolitana.
“Se vislumbra que la ZMG siga creciendo… ante las inundaciones, es imprescindible hacer una propuesta institucional”, advierten.
Este crecimiento ha sido desordenado, con etapas definidas por la falta de planeación metropolitana y políticas públicas reactivas. “En este periodo ocurrió una estrategia neoliberal con poca participación gubernamental”, señalan sobre los años de 1965 a 1999.
Hidrología alterada: más concreto, menos agua infiltrada
El estudio advierte que la expansión urbana ha modificado gravemente el ciclo natural del agua. La pérdida de áreas verdes y la entubación de ríos como el San Juan de Dios han reducido la capacidad de infiltración del suelo, incrementando el riesgo de inundaciones.
“La ZMG, por su crecimiento descontrolado y su afectación a los cauces naturales del agua, sufre problemas durante el temporal de lluvias”, señalan Riojas y Arjona.
Entre 2014 y 2023, las inundaciones en la ZMG pasaron de 396 a 973 anuales. La red hidráulica solo puede conducir el 30% del agua de lluvia, y cualquier precipitación mayor a 20 mm/h puede saturar el sistema y causar escurrimientos peligrosos.
31 puntos se inundan cada temporal
Con base en el sitio GeoRiesgos Jalisco, los investigadores identifican 570 puntos de inundación, de los cuales 180 son de alta peligrosidad. De ellos, 31 sitios se inundan de forma recurrente desde 2018.
“Las autoridades requieren crear sistemas urbanos de drenaje sostenible… como pozos, áreas de infiltración y recuperar los caudales naturales de los ríos”, sostiene el investigador Luis Valdivia, citado en el artículo.
El valor olvidado de la belleza urbana
Más allá de los datos técnicos, el artículo señala un elemento ausente en la planificación contemporánea: la belleza. A principios del siglo XX, el desarrollo urbano de Guadalajara consideraba la estética ligada al entorno natural.
“Una bella ciudad requiere una política pública. También el espacio vital necesita una política pública”, argumentan los autores.
La calzada Independencia, que unía el parque Morelos con la laguna del Agua Azul, era ejemplo de cómo la infraestructura se integraba con los ciclos hidrológicos y la naturaleza urbana.
Propuesta: una agencia metropolitana autónoma
Riojas y Arjona sugieren que el Instituto Metropolitano de Planeación (IMEPLAN) debe transformarse en una agencia metropolitana autónoma capaz de coordinar soluciones para los problemas actuales y futuros de la ZMG.
“México se transformó de un país eminentemente rural a uno fundamentalmente urbano… pero en algunas zonas de carácter metropolitano”, concluyen.