Cricrí, el grillito cantor
Josefina Reyes Quintanar
Quizá usted recuerda el intro de su música con los grillitos sonando acompañados del piano… ¿Quién es el que anda aquí? Es Cri-Cri, es Cri-Cri. ¿Y quién es ese señor? El grillo cantoooor. Su inspiración fueron los recuerdos de la infancia que pasó en casa de sus abuelos. Realmente existieron ahí “El Ropero” con la espada de su abuelito el coronel, “El Chorrito” y varios de los personajes de sus canciones. “La patita” surgió al ver a una de las vecinas en el mercado. Es un compositor imprescindible de nuestra música popular, cuya obra es un género por sí sola sin antecedentes ni continuadores.
En Orizaba, Veracruz nace en 1907 Francisco Gabilondo Soler, quien tuvo siempre un ansia por conocimiento y una inquietud por aprender. Fue un hombre excéntrico, campeón de natación y boxeo, torero, astrónomo (llegó a trabajar en el Observatorio de Tacubaya). Coleccionaba insectos al por mayor y finalmente terminó como músico autodidacta. Aunque entró al Conservatorio Nacional no tuvo los recursos para costear los estudios. Y así, durante 60 años se mantuvo como creador de canciones para niños.
En 1930 se inició en la radio con el apodo del “Guasón del teclado”. En sus inicios cantando sus propias canciones humorísticas; pero por sugerencia de su esposa y de Emilio Azcárraga Vidaurreta dio el giro a las canciones infantiles. Francisco hablaba bien el francés, y quiso dar vida a un animalito, así que escogió a un grillito, que en ese idioma se dice “crikret” y de ahí tomó su nombre artístico.
En 1934, específicamente el 15 de octubre a las 13:30 horas, inicia en la XEW el programa de Gabilondo que habrá de durar 27 años al aire. Sus programas duraban 13 minutos y después serían cambiados al horario de las 6 de la tarde. Se hacía acompañar del piano de cola de la XEW, mismo que utilizaba Agustín Lara. Fue en 1961 cuando se transmitió el último programa en vivo de Cri-Cri.
Es imposible seguir a evolución de su obra, ya que no dejó registro de la fecha de creación de cada una de sus canciones. Pero no cabe duda de la gracia que tuvo Gabilondo para contarnos montones de historias; trató temas escabrosos como la guerra, la cacería, las brujas, entre otros. Nos enseñó geografía mundial acompañada de los géneros propios de cada país con personajes chinos, rusos, alemanes, estadounidenses, argentinos; creó historias con la idiosincrasia de la clase media urbana y canciones para ayudar a los padres en la educación de los niños.
Existe incluso un rumor, en el que Walt Disney intentó comprar los derechos de las canciones de Cri-Cri, ya que era el tiempo en que la Segunda Guerra mundial terminaba y empezaban las hostilidades de la Guerra Fría y Estados Unidos quería tener una imagen positiva dentro de los países latinos, por lo que el gobierno intentó hacerlo por medio del entretenimiento. Para nuestra fortuna Francisco Gabilondo se negó, diciendo que Cri-Cri era un legado para los niños mexicanos. Después de esto se creó “El ratón vaquero” con un poco de burla hacia los gringos.
Espero que al haber mencionado el nombre de Cri-Cri haya aflorado algún recuerdo de su infancia, alguna estrofa de alguna de sus canciones o la imagen de uno de los cientos de personajes que vivían en sus canciones. Una de las muchas canciones que mi papá me cantaba a menudo era “La muñeca fea”, la cual me sigue produciendo una feliz melancolía.