La crisis sanitaria por Covid-19 agudiza la violencia de género en el estado, que no tendrá respaldo económico para la atención de casos.
Casi como una ejecución de clavados sincronizados, en la que la más mínima diferencia representa la pérdida de puntos para los atletas, así llegaron dos anuncios en los días recientes para las y los jaliscienses. La primera, el inminente parón de actividades que obligaría al confinamiento y la segunda, la extinción del presupuesto para la Secretaría de Igualdad de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres, que atiende a féminas que han sufrido violencia intrafamiliar.
La escalda de casos de violencia contra las mujeres e infantes ha ido de la mano con la pandemia por el Sars-Cov 2, pues se conjugan elementos muy puntuales para el crecimiento de los cruentos eventos, en medio de este escenario el órgano del gobierno estatal para la atención de dicha problemática ve cómo su presupuesto de un millón de pesos se ha convertido en cero.
Lo anterior se vulnera (aún más) la posibilidad de disminuir y atender a las mujeres que están más propensas a sufrir ataques de sus parejas.
La pólvora social de la que se componen, el modelo patriarcal, la educación machista, patrones de comportamiento heredados y reproducidos, así como la ansiedad por la recesión económica, hoy día parece recibirá la chispa de indefensión para muchas mujeres que no tendrán un órgano que les permita asesorar y defenderse de su agresor.
La decisión de dejar sin recursos a la entidad en dicha Secretaría fue aplicada por la Comisión de Evaluación de los subsidios federales que determinó no dotar la referente partida presupuestal, pese a que desde noviembre del 2018 Jalisco se encuentra con bajo alerta por violencia feminicida en sus 125 municipios, siendo Zapopan el único que ha implementado los llamados “pulsos de vida” para mujeres que han denunciado a su agresor y reciben apoyo de elementos policiacos.
En el primer semestre de 2020 en Jalisco se han registrado 19 feminicidios, una cifra menor con respecto al mismo periodo del año pasado en que se sumaban 24 casos, aunque en comparación con el 2018 se supera la cifra con siete casos, lo que si bien representa una reducción con respecto al 2019, justo el año se duplicaron en relación al arranque de la nueva administración que decidió eliminar al Instituto Jalisciense de las Mujeres.
Si bien el camino de la erradicación de la violencia de género es aún largo por una serie de factores que afectan socialmente a las familias e individuos, el reclamo de justicia y que no exista impunidad en lo crímenes es permanente, puesto que por más paulatino que sea el avance en el discurso, la normalización de agresiones verbales, físicas y psicológicas contra las mujeres continúa.
Y créame estimado lector que todos, comenzando con quien esto escribe, tenemos mucho que hacer, por más que ya en algo hayamos trabajado, pues este discurso milenario sigue muy en los sótanos de nuestro ser social.