Eduardo González Velázquez
El día de ayer se llevó a cabo la novena Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN), en la capital estadunidense. Durante la mañana se efectuaron los encuentros bilaterales y por la tarde se realizó la reunión trilateral entre los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; de Estados Unidos, Joe Biden; y el primer ministro de Canadá Justin Trudeau. Estas cumbres habían sido suspendidas durante el gobierno de Donald Trump.
Como suele suceder en estos casos, el ruido previo a la cumbre es mayor que las nueces que se reparten entre los convidados. Los temas a tratar fueron las inversiones, la energía, la migración, la cooperación para el desarrollo, el intercambio económico y el cambio climático.
A lo largo de la jornada quedaron muy claras las posturas de los tres mandatarios y al final del día se vieron puestas de manifiesto en la declaración conjunta, que, si bien no es un acuerdo, si representa una ruta a seguir en tanto se vuelven a reunir el año siguiente, probablemente en la Ciudad de México.
Al abordar el tema migratorio, el presidente, López Obrador insistió de nueva cuenta en extender a Centroamérica los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo Futuro, con la intención de generar fuentes de empleo que ayuden a detener desde el origen la sangría poblacional de los países del Triángulo del Norte; y en cuanto a las personas migrantes mexicanas, pidió que se establezca un marco para una migración segura y ordenada que permita que la mano de obra de nuestro país trabaje y cubra algunos requerimientos laborales en Canadá y Estados Unidos, haciendo a un lado los mitos existentes contra las personas migrantes.
En lo referente al tema económico y comercial, hizo dos importantes llamados. El primero fue para fortalecer las relaciones económicas entre las tres naciones dentro del marco del T-Mec, siempre en el contexto del respeto a las soberanías; y el segundo, cerrar filas para enfrentar con éxito la fuerza comercial de China. Sin duda, este comentario generó agrado al jefe de la Casa Blanca.
Al final de la Cumbre no tuvimos grandes anuncios. La declaración conjunta “Reconstruyendo mejor juntos: Una América del Norte segura y próspera”, hizo mención a los temas tratados, pero sin la claridad de los “cómo” serán resueltas las problemáticas discutidas en Washington. Se abre un compás de espera para ir conociendo la letra pequeña de lo firmado entre los mandatarios en la medida que se vayan concretando algunas acciones.
En tanto eso sucede, podemos decir que el saldo de la visita de Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos vuelve a ser positivo. Nuevamente quedó de manifiesto que no existe las rencillas entre Biden y el presidente de México que tanto se empeña la oposición en construir. Sin duda, los dos mandatarios han sabido llevar la fiesta en paz este primer año, y bajo esa dinámica podemos esperar que se concreten algunos de los buenos deseos plasmados en el documento final de la Cumbre. Al tiempo.
@contodoytriques