La Conmebol anunció este martes que la final de vuelta de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors se jugará “entre el 8 y el 9 de diciembre en horario y sede a definirse a la mayor brevedad”.
No obstante, el organismo advirtió que la disputa del encuentro quedará sujeto al fallo del tribunal disciplinario luego del pedido elevado por el club que dirige Daniel Angelici, quien solicitó la victoria a favor de Boca.
Según trascendió, el falló saldría el jueves.
En un breve comunicado, la Conmebol advirtió que “conforme a los hechos de violencia” que “pusieron en riesgo la seguridad de los jugadores, oficiales y aficionados” se decidió que el partido final “no se juegue” en Argentina.
Por este motivo, la Confederación “se hará cargo de los gastos de viaje, hospedaje, alimentación y traslado interno de hasta 40 personas por delegación”.
Asimismo, “establecerá las coordinaciones de seguridad con las autoridades correspondientes.
Lo que no aclaró la Conmebol fue si el partido se disputará con público
Por su parte, Angelici advirtió que “Boca no aceptó jugar ningún partido” y remarcó que aguarda la decisión de la Unidad Disciplinaria.
“Me voy con la confianza que nosotros estamos apegados a derecho. Espero que se tomen todo el tiempo necesario para que puedan revisar todas las pruebas que presentó a Boca”, sostuvo Angelici.
Angelici, a su vez, enfatizó que si el fallo no conforma a Boca está dispuesto a apelar a instancias superiores.
“Vamos a ir al TAS si es necesario”, reiteró el mandamás del club de La Ribera. De ese modo, más allá de la decisión de la Conmebol, parece complicado que el partido se juegue.
El pasado domingo un nutrido grupo de barristas de River Plate atacó con piedras el camión en el que viajaban los futbolistas de Boca Juniors, lesionando a varias personas, entre ellas el capitán del equipo.