Deficiencias de la grilla
Juan M. Negrete
Cuando la generación de este redactor abrió los ojos a la actividad política, que vino a calentarse sobre todo con la gran movilización estudiantil del 68, se popularizó el término de la ‘grilla’. Lo utilizábamos para señalar a un tipo de actores de la tenebra más que activos, que no paraban, que traían y llevaban, aunque eran vistos más bien como periféricos, como colaterales, o como mandaderos, según se quiera entender mejor. En aquellos días, al igual que ahora, eran demasiados. Y parece una vegetación de no fácil extinción.
Siempre se han buscado términos adecuados para pintar nuestras cosas como son, aquí y en China. Pero en el mundo de la política, que es el reino de la mentira según el filósofo Sergio Pérez Cortés, hallar términos adecuados para realidades que se desvanecen está precisamente en chino. De ahí que los discursos de nuestros hombres públicos nos resulten tan confusos, tan incomprensibles. Es normal que nuestra gente común y corriente prefiera voltear la mirada a otra parte o dejar hablando solos a los voceros públicos, calificándolos nada más y nada menos de grillos. Y ahí muere.
El espacio público está saturado de ejemplos para esto que estamos afirmando. Pero traigamos uno o dos a colación, para no seguir bordando en el vacío. Viene primero un dicho expectorado por el senador Germán Martínez, que llegó a esa curul con las siglas de Morena, pero pronto cambió de chaqueta y ahora funge como senador independiente. Conformó, junto con otros como él, un grupúsculo que se autonombra ‘independiente’. Ya sabrán.
Le abordaron unos reporteros para conocer su opinión en torno a lo que dijo Dante Delgado en torno a la ruptura del grupo de legisladores del MC con el bloque opositor prianista. Ya se sabe que la gota que derramó el vaso para este asunto vino a ser la carrilla que le dieron los diputados prianistas de Nuevo León a Samuel García, al grado de que éste se tuvo que retirar de la campaña por la presidencia, en la que ya iba encarrerado. De coraje por habérselo tumbado al MC, Dante rompió sus ligas con los senadores prianistas, con los que andaba siempre a romper el turrón.
Germán no se guardó su opinión, por aquello de que su pecho no es bodega, y soltó la boca. Dijo que el MC tiene dos caras. Por eso le convendría definirse para poder tomarlo en serio o en cuenta. Por un lado, está la cara de Nuevo León, en donde encabeza Samuelito pues, en donde todo es pura vacilada y cotorreo. Que él sugeriría que el MC le diera juego mejor a la cara que tiene MC en Jalisco, que sí es seria y confiable. Gulp.
Para entender por qué soltó Germán este sofisma categórico hay varias pistas. La primera sería por no estar bien informado de nuestras cosas por aquí, en la vieja provincia de Ávalos. Tan es así, para nosotros los jalisquillos, los que sufrimos y aguantamos cada día a nuestro gobierno emecista, que ya le cambiamos el adjetivo de ‘ciudadano’ por el de ‘inmobiliario’. Y no es tan sólo por la mera ocurrencia de no tener nada qué hacer. Aquí ya se quitaron la máscara y, a los funcionarios de este partidito en el poder y a sus cuates más allegados, les vemos desatados en el rubro de la construcción. Dirán que de algún lado han de sacar billetes, pues para eso andan en la grilla.
Otra pista que nos lleve a entenderle a don Germán su calificación de positiva de nuestros alfaros, aparte de la ignorancia, podría ser el dato de que comparta intereses pecuniarios con ellos, los MC locales. No hay que descartar pistas, aunque ya metidos a pruebas nos resultaría difícil encontrar estas conexiones. Ya sabemos que cuando se pone la gente de acuerdo en compartir cuentas de cartera, lo primero en que concuerdan es en taparse o cubrirse las espaldas unos a otros. ¿Podría descartarse la opción? Ya se verá.
Cuando se andaban desatando los amarres para definir los monitos de escaparate para la presidencia de la república, una de las declaraciones de amor eterno que salieron a favor de la señora de las gelatinas fue la de Clementito Castañeda, (a) el Pachis. Clementito es senador. Siempre se ha dicho que es el segundo de a bordo de Alfaro, el góber. Ha de haber un acuerdo entre Dante y Alfaro para presentarlo también como presidente nacional del MC, aunque a la hora de los cocolazos Dante siempre le quita los micrófonos. ¿Quién lo mandó entonces a decantarse y a alinearse por doña X, Alfaro o Dante? Cuando brincó Samuel a la palestra, dejó a la vertiente jalisquilla del MC colgada de la brocha. Y les descompuso el cuadro.
Tan se los descompuso, que era a todas luces notorio que Clementito sería el candidato de Alfaro para gobernador, desde luego por el MC. Pero después de que Samuel brincó a la palestra de la lucha nacional, aquí los próceres del MC jalisquillo se sacaron de la manga a Lemus. Clementito se fue otra vez a la sombra o bien obligaron a Alfaro a que tomara su distancia. Por aquí podría ira la pista de lo que anda soltando Germán Martínez, el independiente.
Si Alfaro y Clementito ya habían acordado con Claudio X sumarse a la campaña de la gelatinera, y Germán, el independiente, también ya había sumado su bonche de canicas a esta corriente, resulta comprensible que califique a estos orondos apostadores del MC como serios y confiables. Son dichos de cómplices, no juicios de valía. De esta calaña de discursos políticos está saturado nuestro auditorio. De manera que ya no se sabe bien para dónde correr o cómo torear tanto desatino. Por hoy, aquí vamos a dejar la boruca, porque pareciera que nuestros grillos nunca se cansan.