Dengue vs. Covid-19: capítulo Jalisco

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Por si fuera poco la epidemia del dengue que vivimos en Jalisco el año pasado. en la que fuimos punteros a nivel nacional, se suma el virus de la pandemia conocida como Covid-19. La primera se transmite por medio de un mosco, que vive y se multiplica en cacharros y vehículos abandonados, mientras que la segunda va de humano en humano.

Vaya que estamos en problemas en Jalisco, pues según especialistas “el aislamiento domiciliario aumenta el riesgo de contraer el dengue“.

“De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, en la semana epidemiológica 13 del 2019, sumaban mil 185 casos confirmados, para 2020 se contabilizan 2 mil 304.

“El 66 por ciento de los casos confirmados corresponden a Veracruz, con 601 infectados; Tabasco, 362; Guerrero, 206; Quintana Roo, 199; y Nayarit, 160.

“La integrante de la Sala de Situación en Salud de la Universidad de Guadalajara ante la pandemia de Covid-19, Diana Romero Lozano, explicó que, en época de calor, los contagios se incrementan y con el aislamiento domiciliario, aumenta el riesgo de ser picado por mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue”. Esto según información recopilada por la reportera Gloria Reza.

Pero de poco sirve que los ciudadanos limpien sus casas, y eviten tener agua estancada, cuando los de los detonanates de la proliferación del mosco del dengue son los miles de autos abandonadas en prácticamente todas las calles de nuestra zona metropolitana, como plaga, y nadie asume su responsabilidad para retirarlos: ni los ayuntamientos ni las autoridades de movilidad.

Para muestra basta un botón, revisemos, por ejemplo, en el cuadrante al oriente de Guadalajara, entre la calle 38 y 60, hasta Puerto Melaque y avenida Revolución. Por ninguna parte se ven autoridades fumigando para combatir al mosco del dengue, ya ni siquiera con insecticida caduco. De tal suerte que si se juntan los enfermos del dengue con los del Covid-19, el colapso en las instituciones encargadas de brindar atención médica será garantizado.

La irresponsabilidad tradicional de nuestras autoridades abona al caos y suma un epidemia con una pandemia.

Los usos de los vehículos abandonados en Jalisco, principalmente en la zona metropolitana son: casa habitación, extensión de talleres, guaridas y/o escondites de delincuentes, bodegas y basureros. En cuestión de salud ya lo han dicho los expertos: son gigantescas incubadoras del mosco del dengue. La omisión de las autoridades encargadas de resolver este problema traerá graves problemas a nuestra sociedad por el cruce de la epidemia y la pandemia.

Hasta el momento las fumigaciones para atacar al mosco transmisor no se han movilizado. Todo es Covid-19.

En investigación realizada por el Observatorio en Seguridad y Justicia, de la Universidad de Guadalajara, del cual he formado parte, se puede apreciar un comparativo del dengue en Jalisco entre el año 2019 (con 148 casos), con el año 2020 hasta el 8 de abril (con 165 casos), lo que significa que vamos de mal en peor. Ahora bien, podemos apreciar en la misma fuente un contraste entre el dengue en Jalisco versus Covid-19, hasta el 8 de abril del presente año. Coronavirus 143, dengue 165.

A lo anterior se suma la inseguridad y la violencia en las calles de Jalisco, lo que trae como consecuencia un panorama nada halagüeño.

La epidemia dengue en Jalisco fue la primer prueba de esta administración, misma que enfrentó de forma irresponsable, fumigando con insumos caducos, a destiempo y con consecuencias fatales para cientos de habitantes.

A mediados del año anterior, los encabezados a nivel nacional eran los siguientes: “Jalisco encabeza muertes por dengue en el país”… y es que por un mal manejo por parte de nuestras autoridades fueron miles los que formaron parte de las estadísticas de esta epidemia del dengue. El estado fue el nada honroso primer lugar en muertes por dengue, seguido por los estados de Chiapas y Veracruz.

Flaca memoria tiene el pueblo, pero esta fue la realidad. Ahora el gobierno de Jalisco ha intentado adelantar la agenda federal (como si fuera un ejemplo a seguir). Estas agendas discordantes entre la Federación y el gobierno de estatal resultan perjudiciales para la ciudadanía.

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