Guadalajara, Jalisco.-De acuerdo con el reporte generado por los periodistas Elsa Martha Gutiérrez, Marck Hernández, Joseph Olid, Enrique Osorio, Jorge Ramírez y Lauro Rodríguez se han documentado en los últimos años varios casos de desapariciones de presuntos agresores sexuales en Jalisco, que reflejan un patrón de violencia y justicia por mano propia.
Entre los incidentes más destacados, se menciona que en julio de 2013, un grupo armado, identificado como célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ingresó a un consultorio en Zapopan. Allí privaron de libertad a un médico acusado de abuso sexual, quien, según declaraciones, había violado a varias niñas. Se presume que este individuo fue asesinado e inhumado clandestinamente, sin que se hayan localizado sus restos.
En otro caso, ocurrido en julio de 2020 en Poncitlán, un hombre de entre 50 y 55 años fue acusado de agredir sexualmente a una menor de 9 años. Tras su detención, se reportó su desaparición, y fue localizado sin vida dos años después. Asimismo, en diciembre de 2021, un grupo armado ingresó a un domicilio en Zapopan y privó de libertad a un hombre bajo la acusación de haber tocado indebidamente a una menor.
El reporte señala que se han denunciado múltiples casos de desapariciones en este contexto, aunque el número exacto es incierto debido a que muchas denuncias no especifican el motivo de la búsqueda. Existen aproximadamente 7 mil denuncias de personas desaparecidas en Jalisco que no se han traducido en cédulas de búsqueda.
Se identificaron patrones comunes en los casos analizados: las víctimas son predominantemente hombres adultos, las privaciones de libertad ocurren en sus domicilios y son perpetradas por grupos coordinados. En al menos dos casos, se observó la participación de policías municipales, y en todos los incidentes, los grupos portaban armas de fuego.
El informe también destaca que la adopción de la desaparición como técnica punitiva contra presuntos agresores sexuales parece haber emergido en el contexto de la escalada de violencia criminal desde 2010, coincidiendo con el crecimiento del CJNG. Este grupo ha sido conocido por emitir mensajes públicos en los que se condena a los violadores y se amenazan con acciones violentas.
La violencia contra acusados de abuso sexual, incluso antes de un juicio, forma parte de un fenómeno más amplio de prácticas punitivas extrajudiciales en América Latina. Se estima que el abuso sexual infantil es una de las principales causas de linchamientos en la región. La creciente impunidad y la adopción de estas tácticas reflejan una cultura de justicia por mano propia que ha ganado terreno en Jalisco y otras áreas del país.