Deus Natura vs Primer motor
Alfonszo Rubio Delgado
Existe una doctrina cuya creación lleva algunos lustros. Por sus características y época, pudo haber sido tachada de perversa y falaz, ajena a la tradición filosófica. Su inicial y principal exponente fue Baruch de Spinoza. Benito de Spinoza para los amigos. Pronto llamó la atención de la filosofía. Las miradas irónicas de los poderosos, no se hicieron esperar. Tal irrupción fue un golpe a la élite. Una sacudida a la conciencia social. Un golpe a la anquilosada cultura.
De ésta, el índice, aspiraba todo lo que le impidiera seguir reinando. La novedad presentada por Benito es algo sencillo. ¡Dios dejó de estar en el más allá y fue trasladado al más acá! “Deus sive natura”. Es decir, la figura divina está metida en la naturaleza. El absoluto está mezclado con los seres humanos. Estos son tanto su creación como su manifestación. El alma humana es el alma divina. Esto en contraposición con la postura aristotélico-tomista.
El método aristotélico habla del acto y la potencia. Dios es el acto puro, el que mueve sin moverse. Pues todo lo que se mueve es movido a su vez. Luego, “es imposible ir hasta el infinito” buscando causas del origen del movimiento de lo señalado. Por lo tanto, “se asume” que hay un primer motor que mueve sin moverse.
Estos oscurantismos fueron inyectados en la mente colectiva. ¡Habían funcionado relativamente hasta la llegada de Benito! Pero el método aristotélico no tenía que ser cuestionado. Aunque la hoguera ya había pasado de moda, el santo oficio aún gozaba de buena salud. De pronto y con cara de inocente, aparece Benito. Claro, no le dejan vivir mucho tiempo. Desprecia los academicismos y se pone a pulir lentes para gente de vista corta. ¡Que ironía!
Pero ¿Cuál es la diferencia entre el primer motor y Deus Natura? Aquí encontramos lo escabroso del asunto. Dios primer motor es presentado y concebido fuera de la realidad. Es una antropologizacion ajena a la naturaleza. Pensado con afanes rentables. De compraventa de indulgencias y salvamentos. Mercantilización de los bienes divinos en contraposición a los males que también provee el divinísimo con sus creaciones. Infierno y demonio, unas de ellas. La salvación no es gratuita, aunque eso sería motivo de otro relato. Las tiranías religiosas han robado, violado y masacrado poblaciones enteras en el nombre de Dios.
Si nos fijamos, la vida de Benito no fue muy extensa. Sus dichos dejaron muy en claro que Deus Natura, no se corrompe. No puede condenarse. Aceptar la condenación de un solo ser humano es aceptar la condenación de Dios. Eso no es posible. ¿Quién lo condenará? Una partícula divina, al estar en el infierno, sería gobernada por el demonio. Eso significaría que, en algún lugar del universo, el demonio tiene más poder que Dios. Pero al estar abrazada por la naturaleza una criatura, se garantiza que no es condenable. Cosa que disminuiría a cero la rentabilidad de una empresa milenaria. ¡La más segura de todos los tiempos!
¡Saludos amigos! 👍