El Rincón de Clío
Criterios
Aunque sigue la mata dando, Donald Trump puede dormir tranquilo con la certeza que el partido Republicano, que domina el Senado estadunidense no permitirá que lo lleven a un juicio político, y con eso pueda transitar hacia la reelección el año que viene.
En ese momento las cosas se encuentran así. El pleno de la Cámara de Representantes aprobó una resolución para el proceso de “artículos de juicio político” (“articles of impeachment”). Esto significa que quedaron establecidas las reglas para, eventualmente, formular cargos para un juicio político al jefe de la oficina oval. La fase final de indagatorias comenzará en 11 de noviembre, y todo el proceso se podrá mirar por televisión en vivo.
La esencia de la investigación es demostrar que Donald Trump traicionó su responsabilidad y obligación al condicionar un paquete de ayuda militar a Ucrania a cambio de que el gobierno de aquel país investigara y acusara por corrupción a Hunter Biden, hijo del ex vicepresidente y aspirante presidencial demócrata, Joe Biden (El País, 1 de noviembre de 2019).
A pesar de que los demócratas, en la cámara baja, suponen contar con la suficiente evidencia para proceder en favor del impeachment de Trump, la resolución no contó con el respaldo total de ellos, y ni que decir de los republicanos. La votación final fue 232 demócratas (dos votaron en contra: Collin Peterson, de Minnesota, y Jeff Van Drew, de Nueva Jersey) contra 196 republicanos (La Opinión, 01 de noviembre de 2019).
En caso de que procediera el juicio político, sería la cuarta ocasión en la historia de Estados Unidos que un presidente se viera envuelto en un proceso semejante. Richard Nixon en 1974, Bill Clinton en 1998 y Andrew Johnson en el siglo XIX se habían enfrentado a esta fase formal del proceso de destitución. La justicia estadunidense establece que los mandatarios no pueden ser imputados mientras se encuentran en el cargo. En el caso de Nixon, el expresidente dimitió por el Watergate antes de que el caso se votase; Clinton y Johnson ganaron la votación final en el Senado. Este parece ser el escenario para Trump, ya que, aunque los demócratas votaran a favor de los cargos penales contra el mandatario en la cámara baja, el veredicto final se decidirá en el Senado de mayoría republicana (53 de 100), los demócratas requieren 67 del total de votos.
Dadas las circunstancias actuales, todo indica que el proceso contra Trump no pasará la aduana del Senado. En todo caso, el presidente será acusado pero la cámara alta lo absolverá y se mantendrá en el cargo, como sucedió en el caso de Bill Clinton.
Además del apoyo de los republicanos en el Senado, las últimas encuestas revelan que Donald Trump continúan con amplias posibilidades de repetir al frente de la Casa Blanca. Apenas 48% de los estadunidenses apoya la puesta en marcha de un juicio político al presidente. Si la medición se hace entre demócratas y republicanos las cifras quedan así: 84% de los votantes demócratas respaldan el proceso, mientras 11% de los republicanos lo apoyarían; por otro lado, 61% considera que Trump no respeta las normas democráticas; aunque 85% de los republicanos apoya su labor al frente de la presidencia, y 42% reconoce su buen trabajo si se abre el abanico a los votantes demócratas (La Opinión, 1 de noviembre de 2019).
A querer o no, más allá de los desfiguros cometidos por Trump que pudiesen ameritar un juicio político, es claro que el impeachment promovido por los demócratas cruza por la urgencia de no enfrentar al presidente en las próximas elecciones. Sin duda, hoy en día sigue estando más cerca la reelección de Trump que su destitución. Al tiempo.
@contodoytriques