08 de septiembre de 2022.- Miles de personas que habitan y transitan diariamente en el barrio de San Andrés, al oriente de Guadalajara, sienten inminente riesgo debido a la instalación irregular de dos distribuidoras de gas entre las que median escasas cuatro cuadras.
En un diámetro inferior a los 350 metros, -“a la redonda” dicen los afectados- hay, aparte de numerosas casas, al menos tres conjuntos de departamentos, entre ellos uno del Infonavit, una docena de escuelas que van desde kinder y estancias infantiles, entre ellas un centro para menores con discapacidad, hasta secundarias y preparatorias; dos templos, incluida la Parroquia de San Andrés Apóstol, un hospital y zonas con comercios.
Hasta ahora, ni el Ayuntamiento que preside Pablo Lemus, ni las compañías gaseras, Rosa y Tomsa, respectivamente, han demostrado tener los permisos y licencias debidas, tanto para construir como para comercializar el gas licuado de petróleo con el que se pretende abastecer tanto a unidades automotrices como llenar cilindros caseros, según el vecindario que teme haya fugas y, consecuentemente, hasta explosiones.
Gas Rosa, aunque mantiene cerrado su expendio de gas por ahora, ya concluyó las obras y estaría ya en disposición de vender el lugar (en la avenida San Jacinto, entre las calles Gómez Farías y San Andrés), que se mantiene cerrado.
En tanto, el coordinador de Gestión Integral de Obras Públicas del municipio, Miguel Zárate no se ha presentado en el barrio pese a promesas que ha hecho, refieren Marisol Valadés y Arturo Miguel Esqueda y Rito Gómez, en representación de los vecinos.
Además, han manifestado igual inconformidad por las irregularidades de estas empresas, Manuel Villaseñor y el profesor José Luis Jasso se quejan de la inacción de las autoridades y ahora se unirán al primer grupo para hacer un frente común.
Valadés y Esqueda Román, dijeron a Partidero haber cerrado la vialidad para exigirle a las autoridades la suspensión inmediata de las obras en Gas Tomsa que ya están muy avanzadas y se quejan de que ni los dueños de las empresas ni funcionarios, se hayan molestado por socializar el asunto antes de la construcción, como tampoco lo hizo Gas Rosa, cuyas instalaciones están concluidas. Esta estación de gas se ubica en Gigantes 2766, muy cerca del cruce con la avenida Del Parque.
Eso sí, cuando el viernes pasado -2 de septiembre- impidieron el paso de vehículos, funcionarios municipales se burlaron de los cerca de 200 manifestantes y trataron de dividir el grupo. Uno de ellos conminó a Marisol Valadés a “hacer un examen de conciencia y a que, “de manera tranquila y civilizada” y no con protestas y consignas, tratara de resolver el problema cuando se le exigió a la autoridad impedir “esta bomba de tiempo”, reveló la representante.
Tras la manifestación del 2 de septiembre, alguien del Ayuntamiento colocó un letrero de “Clausurado”, pero en el centro del cerco, sin impedir el ingreso o la salida de personas o vehículos en ninguna de las dos puertas. “Tardaron dos meses en clausurar esta empresa. Pero no se trate de un particular que hace alguna obra menor a su vivienda (sin licencia) y para pronto se la clausuran”, dice Arturo Miguel.