El 25 de octubre se realizó un plebiscito en Chile para la realización de una nueva Constitución Política. Una de las preguntas que se plantearon fue: “¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?”. chileno
¿Qué significa eso? Que Chile tendrá una Convención Constituyente para elaborar la nueva Constitución, misma que estará formada por 155 ciudadanas y ciudadanos elegidos por voto popular y será la primero en el mundo en dar paridad, con un 45% a 55%, de mujeres y hombres. Sin duda, esta es una oportunidad para fortalecer los procesos democráticos y dar legitimidad a la participación política de las mujeres, quienes constituyen el 51% de la población chilena.
Al ser una Convención paritaria, será una oportunidad también para transformar las relaciones de poder, lo que constituye un salto cualitativo muy importante. La paridad le da profundidad a la democracia y permite una distribución equilibrada del poder, al mismo tiempo que sienta las bases del reconocimiento, respeto y promoción de los derechos humanos específicos de las mujeres.
Las y los Chilenos votaron por definir un nuevo Pacto Social, pero fueron más allá, votaron también por la reivindicación histórica de las mujeres y por un país más igualitario e inclusivo.
Es un evento relevante e inédito a nivel mundial, que marca un camino a seguir. Desde hace muchos años hay conciencia de cómo las mujeres han sido excluidas de la política y del espacio público, y la conformación de una Convención paritaria invita a que cada proceso sea conformado con una mirada amplia, con distintas voces, que permita tener una visión más compleja y cercana a la realidad diversa e incluyente.
La Convención Constitucional paritaria, ha sido un gran logro del movimiento feminista y del movimiento amplio de mujeres. Con esto se abre la posibilidad de diálogo sin sesgos, para conversar de los temas importantes con una mirada incluyente y paritaria.
Como bien lo señala ONU Mujeres, la paridad política es clave y es necesaria para que las mujeres contribuyan a la toma de decisiones que afectan sus vidas. “La democracia paritaria propone un nuevo modelo de un Estado inclusivo, tal como lo propone la Agenda 2030, y un nuevo pacto social donde la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres sea una realidad”.
Las calles de Chile se vieron inundadas de jóvenes, niñas y niños que festejaban un futuro lleno de esperanza, lejos de las dictaduras y cerca de la inclusión. En entrevista, un niño de no mayor de 12 años, no dudó en contestar sobre lo que esperaba de la nueva Constitución: “quiero un país con la dignidad a tope”.
Sin duda, el pueblo chileno ya comenzó a labrar un futuro de dignidad, con este reconocimiento pleno a la participación política de las mujeres. Nunca más un mundo sin la otra mitad de la población.
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