El orgullo de Sayula se cae a pedazos

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Se arma la polémica por el desmantelamiento del quiosco en Sayula.
Rodrigo Sánchez Sosa, cronista de Sayula cuestiona lo que a su juicio son los errores cometidos en los trabajos de restauración que hace el gobierno emecista del histórico quiosco, una obra que se dice fue un regalo del gobierno francés a ese municipio en la época porfirista.
Aquí le presentamos la crítica de Rodrigo Sánchez Sosa:

El orgullo de Sayula se cae a pedazos

*Como se temía y se alertaba, el centenario Kiosco de Sayula, emblema de la ciudad se derrumba ante la indolencia de las autoridades.

*Serias incongruencias del actuar de las autoridades, desde el supuesto experto que lo va a reparar hasta el material que se va a utilizar.

Entre la realidad y la quimera, la intervención del
Kiosco de la plaza de Armas de Sayula

Por Rodrigo Sánchez Sosa, /cronista de Sayula
El Quiosco de la Plaza de Armas de Sayula, Jalisco en su reciente y necesaria intervención, ejecutada por Obras Públicas del Ayuntamiento 2021-2024, con permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH, con licencia 060 vigente desde noviembre de 2021 y con vencimiento a noviembre de 2022, al frente del cual está el señor Francisco Javier Rosales, contratado por el ayuntamiento de Sayula como arquitecto perito en intervenciones de monumentos históricos, según nos informó la arquitecta Martha Leticia Ulloa Hernández, personal del INAH, luego de una llamada telefónica realizada a esa institución a su sede de la ciudad de Guadalajara, el pasado día 13 de julio, para esta investigación; pidiendo por ese medio informes sobre la intervención que de buena fe – no se ha supervisado la obra hasta la fecha – autorizó el INAH al actual ayuntamiento de Sayula.

En el dicho de la arquitecta citada encontramos varias inconsistencias para la intervención de este inmueble de 1895, patrimonio del municipio que, hasta hace unos días estuvo a punto de desplomarse, como aquí lo señalamos oportunamente hace ya varias semanas. La primera y más notoria de ellas es que el perito encargado de la intervención Francisco Javier Rosales, no parece dar el perfil como especialista pues, hasta donde se sabe o sé, no es arquitecto. Por otro lado, la supervisión de la intervención del Kiosco central de la plaza de armas de Sayula por parte del INAH no se ha llevado a cabo hasta la fecha, desconocen de primera mano lo que se está haciendo y cómo se está haciendo los especialistas de esta institución federal, la minuta y reportes de la intervención, según nos informaron, no la poseen. Ningún reporte del proceso como se requiere en el protocolo legal para estos casos, según nos informaron por teléfono en el INAH, se ha llevado a cabo.

Además, la semana pasada el alcalde Daniel Carrión Calvario, apareció en un vídeo de la cuenta oficial del ayuntamiento de Sayula, informando sobre los trabajos en madera y los avances en estos, presumiendo la madera que será utilizada para restaurar el Kiosco principal de Sayula, la cual dijo era fina, muy superior a la madera que hoy en estado deteriorado posee el inmueble patrimonial, según él; lo cual suma a esta inconsistente intervención, porque, hasta dónde se sabe está es la madera original de esta estructura del siglo XIX, la misma tiene resistiendo 127 años con mínimo de mantenimiento y a la intemperie.

Hasta donde se reporta en documentos históricos consultados, no hay mención de una intervención como la actual, por lo que el dicho del alcalde de Sayula no pasa de ser propaganda para su carrera política y no la verdad sobre la madera de esa estructura, trabajada y probablemente producida en Europa, dado que en Francia fue construido este kiosco, donado a Sayula por el gobierno federal en tiempos del general Porfirio Díaz, que a su vez lo recibió como regalo de este país europeo, como ya se dijo antes.

La cuestión es grave, un atentado al patrimonio, si se llega a probar que quienes intervienen el kiosco citado no son peritos autorizados por el INAH, pese a que este asegura tener la documentación en regla del “arquitecto”.
El daño a este patrimonio histórico, de ser así, sería casi tan grave como la demolición del Jardín de Niños Celso Vizcaíno conocido ya como “El Páramo”, y la pérdida para nuestro patrimonio histórico, incalculable, pues su valor como bien patrimonial, del Kiosco, se perdería.

El INAH cuida que las intervenciones de inmuebles anteriores al siglo XX en todo México, sean profesionales, tomando en cuenta el estilo y época de bien público a intervenir; pero el pobre presupuesto y la negligencia, sumadas a la corrupción y el cinismo de los que la practican como autoridades gubernamentales en funciones en municipios alejados de la zona conurbada de Guadalajara donde tienen sus oficinas tanto el INAH como la Secretaria de Cultura, permiten muchas atrocidades por la nula supervisión, y a su vez la consecuente pérdida impune del patrimonio de Jalisco, en este caso. Esperemos que como prometió el INAH, venga a supervisar los trabajo y el peritaje involucrado en algo que con bombo y platillo, el actual ayuntamiento de Sayula esboza como un logro aplaudible de su gestión y administración del patrimonio, entre otras frivolidades en redes sociales.

Este emblemático inmueble de la Plaza de Armas de Sayula, data de finales del siglo XIX, 1895, es parte del conjunto arquitectónico de ese lugar y la base del mismo es considerada por Secretaria de Cultura del Estado según el arquitecto Julio Herrera Ozuna, ex titular de la secretaria patrimonio arquitectónico de Jalisco, patrimonio relevante, por ser obra del célebre arquitecto jalisciense Antonio Arroniz Topete.

La estructura del Quiosco de estilo francés, se presume fue donada por Porfirio Díaz al municipio de Sayula en la fecha citada, que a su vez, probablemente, a mediados del siglo XIX, Francia donara al gobierno de México. Quien esto escribe no ha encontrado documentos que certifiquen esto último de forma puntual aunque otros documentos de archivo parecen avalarlo en ese sentido.

La evidencia gráfica, fotos del archivo histórico de Sayula que datan de 1870, antes de que ser construido el Parían (1882), dan cuenta de que esta estructura no existía por esas fechas. Mi suposición es que durante la colonia y los primeros años del México Independiente, en su lugar se encontraba la fuente que hoy está en el atrio de San José, y que antes estuvo en la plazoleta de San Sebastián y mucho antes en el centro de la Plaza de Comercio, hoy mercado municipal. Podría ser, por las cuatro fuentes de cantera que se construyeron en el mismo estilo, al mismo tiempo que el Parián en 1882, como parte de la remodelación de ese primer cuadro de la ciudad, se planeara así para hacer juego con la Fuente principal; pero, luego se recibió la donación de dicho Kiosco, y la fuente que hoy se encuentra en el atrio de San José, fue puesta en la Plaza de Comercio donde estaría hasta 1955. Le tocó al arquitecto Antonio Arroniz Topete, construir la base para el Kiosco.

Lo anterior coincide con lo que se presume, pues para esas fechas Porfirio Díaz gobernaba México (1884 a 1911), y bien puede ser cabalmente cierto lo de la donación del Kiosco.

Este inmueble histórico, el Kiosco de Sayula, es parte del patrimonio tangible del municipio y debe ser tratado con más respeto y no como parte de una propaganda anticipada de campaña del alcalde municipal de Sayula (con miras a sus ambiciones políticas), que al parecer intervine mal este patrimonio de los sayulenses, sin ningún miramiento y con la complicidad involuntaria del INAH.

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